Archive for General

El lado oscuro de la adopción internacional

«La comida de nuestros platos es más rastreable que nuestras propias identidades y existencias como adoptadas», afirman Johanna Lamboley y Emma Hébert, protagonistas del documental ‘Adopción internacional: escándalo global’.

El documental Adopción, un escándalo global elimina de un plumazo el edulcorante y los lazos rosas de adopciones internacionales. Muestra delante de las cámaras todo lo que queda detrás de ellas en lo relativo a la construcción de familias tras una adopción internacional: robo de niños, falsificación masiva de documentos, granjas de mujeres, fraude y un lucro millonario de intermediarios.

Emmanuelle Hébert y Johanna Lamboley son dos de las protagonistas del documental. Son dos mujeres que llegaron al Francia con menos de tres años. Una provenía de Calcuta y otra de Santiago de Chile. Fueron adoptadas y naturalizadas francesas. Hoy luchan con uñas y dientes para proteger los derechos de las personas adoptadas internacionales y buscan compensar a las víctimas de tráfico. Trabajan incansablemente para fomentar el cambio legislativo con el objetivo de proteger a las víctimas de adopción irregular y garantizar el fácil acceso a los expedientes de adopción. Ambas aseguran que «la comida de nuestros platos es más rastreable que nuestras propias identidades y existencias como adoptadas».

Emma y Johanna son cofundadoras de la asociación francesa RAIF, que se dedica a proteger los intereses y los derechos de las personas adoptadas en Francia. Ambas han vivido kafkianas experiencias propias buscando a sus familias en India y Chile. Han recogido el testimonio de cientos de personas adoptadas y las ayudan a dar con el paradero de sus familiares en el país de origen. Esto les impulsó a contar su historia y labor en este documental dirigido por Sonia González y Christine Tournadre, producido por Tangerine Productions.

«Era vital desmontar el mito del niño rescatado y el padre salvador. Teníamos que deconstruir el concepto de niño salvaje al que hay que educar, sea como sea», aclara Johanna como parte de su pelea diaria por terminar con el racismo que sufren algunos adoptados internacionales. Muchos de estos adoptados, ahora tienen entre treinta y cuarenta años y se sienten víctimas de los actores y organizaciones implicados en su adopción. Y son miles y miles los casos destapados de sustracción de menores en Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia. Johanna asegura que «nos han utilizado y se han beneficiado a nuestra costa».

Lo que les impulsó a trabajar para los adoptados es la oposición que se encontraron ambas cuando intentaron averiguar qué ocurrió al nacer, los primeros meses de sus vidas y su posterior adopción. «En el orfanato de Calcula las monjas me preguntaron si creía en Dios y que las respuestas a todas mis preguntas estaban en él. No tenían información sobre mí», explica Emma, hablando sobre su llegada al orfanato como adulta en busca de sus padres. Se dio de bruces con la realidad de esos orfanatos: la mentira, la manipulación y la negación de la identidad biológica.

Tras varios viajes a la India y cuatro versiones diferentes sobre lo que sucedió con su madre biológica obtuvo respuestas. Para Emma, la búsqueda de información dependía de la negociación con religiosas y sus instituciones: «Llegar a la verdad de nuestras historias depende ahora de la buena voluntad de las hermanas de los orfanatos». La oposición al acceso a la información cuando los orfanatos o colegios están regentados por congregaciones de religiosas es un gran impedimento para la búsqueda.

Johanna vivió algo similar, pero al otro lado del mundo, en Santiago de Chile. «Vivía en Concepción con mi mamá y formábamos un dúo feliz porque le encantaba bailar y cantar cuando me llevaba a limpiar casas, ese era su trabajo». Johanna empezó a sospechar en 2020 que podría haber sido una niña sustraída ilegalmente, porque el hotel que aparecía como su certificado de nacimiento estaba en punto de mira de la prensa chilena mencionado como un centro de tráfico de niños.

Johanna descubrió que su adopción fue irregular: «Cuando conocí a mi madre en persona me dijo que llevaba 34 años buscándome, había rehecho su vida, pero yo seguía siendo un fantasma en su corazón y cada cumpleaños se encerraba a llorar». Johanna había desaparecido de Chile ilegalmente, montada en un avión destino Francia sin el permiso de la familia. La dictadura de Pinochet usó el tráfico de niños hacia el extranjero como medida de control de la población usando un sistema judicial corrupto mientras los países receptores de niños miraban hacia otro lado. Incluso las azafatas de algunas líneas aéreas eran parte de la red de sustracción de bebés en todo el mundo.

Emma y Johanna decidieron crear la asociación RAIF para dar voz y representación a los adoptados a nivel político e institucional. También para suscitar modificaciones legislativas en Francia y en Europa con el objetivo que reconozcan públicamente el robo masivo de seres humanos en otros países. «Decidí sumarme a esta asociación para que las generaciones actuales y futuras no tuvieran que pasar por lo que yo pasé, porque cuando me embarqué a buscar mis orígenes estaba completamente sola», aclara Emma. «Estos viajes vitales pueden dañar la mente, incluso de las personas más equilibradas», explica.

Emma y Johanna consideran que «el derecho a los orígenes es un derecho fundamental para todos, tanto si se ha nacido en Francia, en secreto, donado o nacido en otro país. Significa tener un apellido, una fecha y lugar de nacimiento y una relación paternofilial y nadie debería verse privado de ello». Porque la realidad es que miles de personas adoptadas buscan a sus familias en otros países, familias que nunca firmaron un consentimiento para la adopción o bien lo hicieron forzados los servicios sociales, jueces, enfermeras o agencias de adopción.

El documental saca a la luz la falta de mecanismos de protección para conocer la identidad tras una adopción internacional. Se señalan muchas deficiencias: entre las más graves están la falta de transparencia de las autoridades estatales y de los países de origen a la hora de hacerse con los expedientes de adopción. «Muchos intermediarios de las adopciones siguen vivos, lo que hace más difícil descubrir la información», explica Johanna. Resaltan que se ignoran las consecuencias de la adopción en las trayectorias vitales de la persona que suelen contener un trauma. Mencionan un tema del que nadie quiere hablar: la tasa de suicidio entre las personas adoptadas es cuatro veces superior a la de los no adoptados. «Es hora de despertar de este desastre», añaden.

Emma y Johanna mencionan las problemáticas a las que se enfrentan las personas adoptadas en su camino para restituir la identidad. La lista es larga. Les concierne un tema en especial: el racismo y lo que le rodea como la aculturación, la negación del color o el sesgo colonial que son abusos que un menor sufre desde que pisa el suelo del país que lo adoptada. «El problema de la identidad es el más grave. Una adopción plena rompe todos los vínculos de filiación y nos hace aparecer oficialmente como nacidos de los señores “Pérez”, aunque seamos negros, morenos o tengamos características de países extranjeros que estigmatizan nuestra alteridad, provocando una profunda disonancia», explica Emma, haciendo referencia a los adoptados de países como la India, países centroafricanos o del sudeste asiático.

Su labor asociativa ayudando a personas adoptadas las he hecho llegar más lejos, hasta las Naciones Unidas en su oficina de Ginebra para ser escuchadas. En 2022 desde Naciones Unidas se realizó una declaración conjunta sobre adopciones internacionales donde se recogían algunos puntos clave relacionados con las reivindicaciones de Emma y Johanna. Entre ellas: tipificar de la adopción internacional ilegal como crímenes contra la humanidad, ampliar los plazos de prescripción de esos delitos, reconocer el estatuto de víctima para estas personas traficadas. También se dejaba abierta la puerta a una posible reparación hacia las víctimas.

Sobre el futuro de las adopciones internacionales tienen posicionamientos claros y trabajan para cumplir estos objetivos en el terreno político, por ahora solo en Francia, como es considerar la adopción internacional como un problema de salud pública, dedicar fondos a la investigación sobre la salud mental de las personas adoptadas y sobre todo fomentar a que los países receptores de personas adoptadas tienen que instaurar un protocolo de ayuda a la búsqueda de orígenes sin límite de tiempo, por país, con apoyo jurídico, diplomático, administrativo y psicológico y gratuito.

Terminan expresando que «el acceso a la identidad y a los orígenes son derechos fundamentales, no negociables, que no pueden ser objetos de transacciones financieras de ningún tipo de lucro».

Iván Gastañaga

Home

Comments off

Día Mundial del Acogimiento Familiar: un compromiso vital desde la experiencia profesional y personal

Es momento de pasar del agradecimiento simbólico al compromiso estructural. Porque acoger no es un acto de bondad, sino de justicia

Cada 31 de mayo, el calendario nos recuerda el Día Mundial del Acogimiento Familiar. Para quienes trabajamos en la protección a la infancia y la adolescencia, esta fecha no es una simple efeméride. Es una oportunidad para visibilizar una medida de protección que, lejos de ser un recurso residual o subsidiario, debería ser comprendida como un acto profundamente reparador. En mi caso, este día interpela no solo a la pedagoga y educadora social que se ha especializado en el acompañamiento a familias, niños, niñas y adolescentes en contextos de vulnerabilidad, sino también a la mujer que ha abierto las puertas de su hogar, y de su vida, para acoger.

El acogimiento familiar no es un gesto caritativo

Una de las ideas más peligrosas, aunque bienintencionadas, que aún sobreviven en torno al acogimiento es su vinculación con el altruismo. Como profesional, puedo afirmar que acoger no es un acto de caridad. Es una medida de protección legalmente reconocida, con implicaciones técnicas, afectivas y sociales profundas. Como persona acogedora, puedo añadir que acoger es un compromiso radical con el derecho de la infancia a vivir en familia, aunque esa familia no sea la de origen. No sustituimos a nadie, pero sostenemos vínculos mientras las heridas se miran y el daño se nombra. Read the rest of this entry »

Comments off

Adopción, feminismo y responsabilidad pública: la importancia de hablar desde el conocimiento

A propósito de las declaraciones de Ana Peleteiro sobre la “revocación” de la adopción: no es solo un error jurídico; es una afirmación que puede generar una angustia innecesaria y dañar la comprensión social de un proceso tan delicado

Al igual que Ana Peleteiro, comparto con ella la vivencia de la adopción, un lazo de amor y legalidad que nos une a nuestras familias. Por eso, las recientes declaraciones de la atleta, también adoptada, han resonado en mí con una mezcla de sorpresa y preocupación. Su afirmación sobre la revocabilidad de la adopción antes de los 18 años (“la adopción puede ser revocada si los padres biológicos reclaman la tutela antes de que el menor cumpla 18 años”, según La Vanguardia, el 17 de abril de 2025) no es solo un error jurídico; es una afirmación que puede generar una angustia innecesaria y dañar la comprensión social de un proceso tan delicado.

Permítanme ser clara: la adopción en España es irrevocable. Así lo establece nuestro Código Civil en su artículo 180, creando un nuevo vínculo de filiación tan sólido y permanente como el biológico. Confundir la adopción con figuras temporales de protección como el acogimiento familiar es un error grave que invisibiliza el camino de muchos niños, niñas y adolescentes que han vivido situaciones de abandono y que encuentran en la adopción un hogar definitivo y seguro. Banalizar esto, hablar con ligereza sobre la estabilidad que la adopción debe ofrecer, es faltar al respeto a sus historias y a la construcción de sus nuevas familias. Read the rest of this entry »

Comments off

Infancia herida en centros de educación infantil

“El problema tiene raíces profundas. Muchas cuidadoras, aunque dedicadas, carecen de la formación necesaria para gestionar el estrés o las conductas desafiantes de los pequeños. La educación infantil no solo pide conocimientos, sino una empatía inmensa”

Las guarderías deberían ser lugares seguros donde los niños dan sus primeros pasos en un mundo de aprendizaje y cariño. Sin embargo, una realidad perturbadora está rompiendo ese deseo: el maltrato. Gritos, humillaciones, negligencia y, en los peores casos, agresiones físicas han sacudido la confianza de las familias. Estos episodios, lejos de ser aislados, son un grito de alerta que no podemos ignorar.

Organismos como UNICEF advierten que tres de cada cuatro niños de 2 a 4 años enfrentan alguna forma de violencia psicológica o castigo físico por parte de sus cuidadores, ya sea en casa o en centros educativos. En las guarderías, prácticas como los gritos o los castigos humillantes se han colado en algunos rincones, normalizando lo inaceptable y dejando cicatrices en los más vulnerables. Read the rest of this entry »

Comments off

El abandono como una herida invisible: los efectos del trauma infantil en la vida adulta

La falta de cuidados en los primeros años puede generar mecanismos de defensa que, muchas veces, bloquean el sufrimiento físico y emocional. Cómo responde el cuerpo al desamparo afectivo

La relación entre el trauma y el dolor ha sido objeto de estudio desde diversas perspectivas. Pero pocas han logrado captar con tanta precisión su impacto en la vida de los sobrevivientes, como lo hizo Alice Miller, una psicóloga, psicoanalista y filósofa polaco-suiza (1923-2010).

Su teoría sobre la represión del dolor infantil y la desconexión emocional como mecanismos de supervivencia, desarrollada en sus investigaciones sobre el maltrato en la infancia, ha dejado un legado fundamental en la comprensión del trauma.

En los primeros años de vida, cuando la dependencia del otro es absoluta, padecer un trauma implica un “derrumbe” que impide que se efectúen operaciones fundamentales para el psiquismo. Este derrumbe también conlleva una pérdida de confianza en el ambiente y en quienes deberían cuidar. Estas fallas tempranas producen fracturas en la continuidad del ser. Read the rest of this entry »

Comments off

‘Burnout’ maternal: no es la crianza sino el contexto

La ausencia de conciliación y la desigual carga de cuidados son factores que llevan a las mujeres con hijos a sufrir agotamiento físico y emocional. Sus consecuencias son el distanciamiento emocional o la saturación en el rol de cuidadora, e incluso puede tener un impacto en el bienestar del menor

Las redes sociales, los corrillos en la puerta de los colegios o la literatura se han convertido en el escaparate del agotamiento de las madres. Madres que lamentan el cansancio extremo al que el día a día les arrastra. Cuando ese agotamiento es excesivo y tiene un impacto negativo en la relación con los hijos, el entorno o una misma, puede hablarse de burnout maternal, un término de uso común, pero no clínico, que describe la intensa fatiga física y emocional debido a las altas exigencias de la crianza. El concepto nació para explicar los efectos de la cronificación del estrés laboral en el ámbito sanitario y ha sido objeto de diversos estudios desde hace cuatro décadas. Pero fue Denis M. Pelsma quien realizó en 1989 la primera investigación —Parent burnout: Validation of the Maslach Burnout Inventory with a Sample of Mothers (Burnout parental: Validación del Maslach Burnout Inventory con una muestra de madres, por su traducción al español)—que aplicó la teoría del burnout al contexto de la crianza.

“Este fenómeno no es solo una cuestión individual, sino que responde a condicionantes históricos, políticos y sociales”, señala Jazmín Mirelman, psicóloga general sanitaria y docente del curso Abordajes clínicos en salud mental perinatal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Según la experta, los trabajos relacionados con el cuidado y la asistencia son los que más sufren este impacto, debido a un desinterés progresivo por la labor de cuidar. “Aunque la maternidad es un trabajo de cuidados no remunerado, esto no la exime de sufrir los efectos de este malestar”, explica. Sin embargo, añade que, en este caso, las consecuencias del burnout son incluso más preocupantes que en el ámbito laboral, ya que las madres no pueden tomarse vacaciones, ni pedir una baja temporal, ni siquiera renunciar a su puesto: “Son piezas fundamentales para el desarrollo saludable de los niños y, aunque no son imprescindibles, sí son insustituibles”. Esta situación, según advierte, las coloca en una posición de vulnerabilidad, sin los recursos necesarios para evitar el agotamiento extremo. Read the rest of this entry »

Comments off

Mantener el contacto entre las familias biológicas y adoptivas

Es muy importante que las familias adoptivas mantengan el contacto con sus familias biológicas. Las investigaciones, incluido un informe de Child Welfare Information Gateway, muestran que esto beneficia a los niños de muchas maneras. También hemos escuchado sobre la importancia de mantener el contacto de parte de adultos que fueron adoptados cuando eran niños y adolescentes.

Para ayudar a los padres adoptivos a comprender los beneficios, Courtney McIntyre aporta su experiencia como trabajadora social de adopción en este artículo. Ha conocido a muchas familias biológicas y adoptivas en Carolina del Norte que han logrado establecer conexiones con éxito. Read the rest of this entry »

Comments off

Cuando la discapacidad no representa un obstáculo para adoptar

Las adopciones por necesidad especial se han incrementado considerablemente según datos del Observatorio de Infancia del Ministerio de Derechos Sociales

Las adopciones por necesidad especial están en auge. El Observatorio de Infancia del Ministerio de Derechos Sociales cifró en 62 las adopciones de necesidad especial en el año 2021 representando un aumento considerable desde 2019, último año en el que se registraron datos debido a la llegada de la pandemia.

Las adopciones por necesidad especial también pueden tramitarse de manera internacional. China cerró el llamado ‘pasaje verde’, una vía por la que familias de todo el mundo podían adoptar niños con algún tipo de discapacidad, mayoritariamente cardiopatías. A vivir ha charlado con tres familias que han adoptado niños con necesidades especiales para conocer cómo es el día a día. Coro Samblas ha rememorado el momento en el que tomaron la decisión de ser padres a través de esta vía. «No sabíamos decir que iba a tener nuestro hijo, sabíamos que estábamos preparados para ser padres y que teníamos un amor que nos desbordaba», comentaba. Read the rest of this entry »

Comments off

Diez propuestas para mejorar la inclusión del alumnado adoptado

El trauma relacional temprano es el resultado de haber experimentado durante la primera infancia un conjunto de carencias sociales y emocionales que conlleva efectos como el estrés y comportamientos disruptivos.

Muchas familias con hijos adoptados han enfrentado numerosos obstáculos en sus procesos de aprendizaje. Muchas de ellas han buscado las razones por las cuales sus hijos tenían dificultades para enfrentar la cotidianidad del aprendizaje escolar. Una de las principales conclusiones a las que muchas han llegado es que sus hijos presentaban síntomas asociados al trauma relacional temprano. El trauma es el resultado de haber experimentado de manera continuada durante la primera infancia un conjunto de carencias, negligencias o experiencias adversas en diversos ámbitos, tanto social y emocionalmente, como en el aspecto físico o neurológico. Tiene unas consecuencias invisibles y duraderas y se manifiesta de formas muy diversas; las más comunes: un estado de estrés continuado, dificultades para regular las emociones o comportamientos disruptivos, difíciles de explicar. Read the rest of this entry »

Comments off

El desafío de adoptar niños y niñas mayores

“Todos los niños que llegan a la adopción lo hacen con una ruptura, con una vida quebrada”, dice Gabriela Parino, miembro de ‘Ser familia por adopción’. Por eso –destaca- “hay que informarse mucho y pensar qué recursos tiene cada familia para poder sostener las realidades que los chicos traen”.

“Desafiante y transformadora”. Así describe Elizabeth Groccia –mamá de K. de 10 años recién cumplidos- su maternidad por adopción.

K. llegó a la vida de Elizabeth en 2017 con 4 años, después de pasar 2 en un Hogar de Menores.

“La maternidad por adopción es totalmente diferente de la biológica, no se parecen en nada. De repente te encontrás con un nene que no conocés, que te dice ‘mamá’ porque él necesita llamarte ‘mamá’”, reconoce ‘Liz’.

“Yo tardé mucho tiempo en sentir que ese nene era mi hijo”, se sincera.

“Si un hijo biológico se pare con dolor, parir un hijo adoptivo es un dolor que se prolonga muchísimo”, asegura y señala: “es que nosotros venimos a sanar heridas que no provocamos”.

Liz, chef y periodista de San Isidro, cuenta que con su entonces pareja llegaron a la adopción “como creo que llega el 90% de las personas: después de no poder tener hijos biológicamente”.

“Primero hay que duelar al hijo biológico que no vino. Los chicos que esperan por una familia no vienen a tapar ningún agujero nuestro”, reflexiona.

Elizabeth ha dado charlas para quienes desean anotarse en el Registro Único de Aspirantes a Guardas con Fines Adoptivos (RUAGA) de Argentina.

“A quienes se están por inscribir siempre les digo que tengan muy claro el camino en el que se inician porque se trata de un niño que te viene a poner la vida patas para arriba, es un camino muy complejo”, ya que “la mayoría de los niños que están en situación de adoptabilidad son niños abandonados, que sufrieron violencia y desamor”, destaca.

En línea con estos tiempos favorables para cuestionar mandatos -sobre todo los mandatos que nos someten a las mujeres- Liz considera que es necesario también desromantizar la maternidad por adopción.

“Yo no sabía que podía amar tanto, nunca amé de la manera en que lo amo a K., pero tampoco sabía la ira y la violencia que tengo adentro; con él descubrí mis propios monstruos”, revela.

Y opina que “el amor se construye con el tiempo y es mentira que el amor todo lo puede, hay cosas que se tienen que trabajar mucho, con mucha paciencia”.

«Te pegás un porrazo espectacular»

Algo similar comenta Armando Salzman, papá de dos mellizas que en pocos días cumplirán 11 años.

“Los chicos en situación de adoptabilidad vivieron en general experiencias terribles; tienen marcas que cada tanto vuelven”, asegura a El Teclado este gestor cultural de Paraná.

“Mis hijas tienen mucho miedo al abandono, -cuenta- y es lógico que sientan esa desconfianza. Con Laura, su mamá, les decimos que somos sus padres para siempre”.

“A quienes se están por inscribir en el RUAGA siempre les digo que tengan muy claro el camino en el que se inician porque se trata de un niño que te viene a poner la vida patas para arriba, es un camino muy complejo porque la mayoría de los niños que están en situación de adoptabilidad son niños abandonados, que sufrieron violencia y desamor”. Elizabeth Groccia.

Cuando las niñas llegaron a su casa en 2017, con 5 años, Armando ya era padre de 3 mujeres, fruto de un matrimonio anterior.

“Haber sido papá previamente me sirvió para no ser el padre primerizo que se asusta por dos líneas de fiebre pero, fuera de eso, ésta es una experiencia totalmente diferente”, sostiene, y define con gracia: “te pegás un porrazo espectacular”.

Armando considera que “como padre adoptivo podés hacer poco en relación a sus historias anteriores: podés darles todo el amor y la protección, otras perspectivas, hablarles de otra forma de vivir en el mundo, pero con lo anterior no podés hacer nada”.

Y agrega que “hay que sacarse la omnipotencia de creer que podemos con todo. Hay cosas que nunca nos van a contar, que a lo mejor de grandes van a trabajar en otro lado”.

“No sólo es cuestión de animarse”

Hace pocas semanas comenzó una campaña que se volvió viral en las redes sociales.

Bajo el hashtag #adoptenniñesgrandes, muchas personas compartieron –y aún lo hacen- su experiencia en Twitter como madres y padres adoptivos de niños, niñas y adolescentes.

Sabemos de lo efímeras que pueden llegar a ser las propuestas virales, pero se hace igualmente necesario despojar al enunciado de cualquier frivolidad.

Gabriela Parino, referente de la ONG ‘Ser familia por adopción’, sostiene en ese sentido que “nosotros decimos que no es una cuestión de animarse o de perderle el miedo, sino de fortalecer procesos, pensar qué capacidades tengo para ejercer la paternidad por adopción”, que es –remarca- “siempre mucho más desafiante que la paternidad en general”.

“En este caso, -amplía en diálogo con El Teclado- se es madre o padre en una segunda oportunidad para un niño, y a veces más de dos porque vienen de sufrir vinculaciones que no prosperaron”.

“Todos los niños que llegan a la adopción lo hacen con una ruptura, con una vida quebrada. Y eso implica siempre pérdidas, de situaciones de vulneración que los dañaron y de otras situaciones a las que se aferraban y pueden añorar también”, dice Parino, licenciada en Psicología.

“Entonces –subraya- es necesario que haya adultos con la capacidad de contener y contenerse, de acompañarlos y buscar acompañamiento, de bancarse las tristezas, los enojos y las frustraciones de los chicos y las propias como padres o madres”.

«Los niños más grandes te facilitan otras cosas”

“Si no querés vivir apasionadamente la maternidad o la paternidad, entonces la adopción no es para vos”, sostiene tajante Carolina Belvis, mamá de dos adolescentes de 14 y 16 años.

En octubre de 2014, a 20 días del apto para ingresar al Registro, la llamaron de un Juzgado para conocer a dos nenas, que entonces tenían 6 y 8 años.

“Antes de hacer los talleres del RUAGA, con mi marido ya teníamos en claro que queríamos adoptar hermanos de hasta 6 años”, señala a El Teclado, pero luego de informarse ampliaron la edad a 10.

“Yo nunca me vi como madre de bebés”, reconoce Carolina, que vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

«Es necesario que haya adultos con la capacidad de contener y contenerse, de acompañarlos y buscar acompañamiento, de bancarse las tristezas, los enojos y las frustraciones de los chicos y las propias como padres o madres”. Gabriela Parino.

“Muchas veces se dice que ser mamá adoptiva de un bebé es más fácil porque podés inculcarle tus costumbres de entrada, pero los niños más grandes te facilitan otras cosas. Por ejemplo ya conocen su historia, dan cuenta de cómo se van sintiendo, de las cosas que necesitan, te ofrecen una devolución de lo que hacés, de las cosas que hacés bien y de las que hacés mal. Es un diálogo constante”, explica.

“Hay que informarse mucho”

Según los últimos datos del RUAGA, en este momento hay en todo el país 2.430 legajos de aspirantes aptos para convertirse en madre o padre y la gran mayoría presenta una disponibilidad adoptiva para un/a bebé de hasta 2 años.

Por exponer algunas cifras, sólo un 27,7% aceptaría maternar o paternar a un niño o niña de 7 años, posibilidades que se reducen al 1,2% para un/a adolescente de 12 años.

Gabriela Parino lo analiza de la siguiente manera: “en muchos casos las personas llegan a la adopción a partir de la dificultad para concebir hijos de manera biológica. Entonces al empezar este recorrido piensan en tener un hijito lo más parecido posible al modelo de paternidad biológica, por eso inicialmente piensan en un bebé”.

“Como asociación nos alarma un poco el escuchar a personas que dicen que se inscriben en convocatorias públicas ‘porque es más fácil’, como un atajo”, asegura.

Y agrega que “las convocatorias son un recurso valioso, a veces la última opción que amerita mayor compromiso para encontrar familia para adolescentes, grupos de hermanos o niños con dificultades de salud”.

“Pero nosotros pensamos que hay que hacer un proceso subjetivo y no solamente un proceso judicial –destaca Parino-, que hay que informarse mucho y pensar qué recursos tiene cada familia para poder sostener las realidades que los chicos traen”.

“Saber la verdad es su derecho”

La adopción consiste en buscarle una familia a un niño, niña o adolescente cuyos derechos han sido vulnerados, y no un hijo o hija para los adultos con deseos de maternar o paternar.

La legislación argentina en la materia pone el acento en el respeto al derecho a la identidad y a conocer los orígenes.

De hecho, los y las adoptantes se comprometen en el expediente a comunicar su origen al niño, niña o adolescente.

Esto constituye una prioridad para Laura Videla, mamá de A., de 18 años. Ambas viven en Bigand, un pueblo santafesino que queda a 70 kilómetros de Rosario.

A. llegó a su vida en 2010, cuando Laura –docente de Educación Especial- ya era madre biológica de dos adolescentes varones. “Tenía 6 años y el pelo pintado de dos colores porque en el Hogar estaban jugando a la peluquería”, recuerda Laura con una sonrisa. Read the rest of this entry »

Comments off

« Previous entries Página siguiente » Página siguiente »