Soy adoptado y quiero encontrar a mi familia biológica
Muchos adoptados deciden, en algún momento de su vida ya sea adultos o niños adolescentes, buscan a su familia biológica.
La curiosidad es natural independientemente de lo buena que sea la relación con sus padres adoptivos, es lógico y natural que muchas personas adoptadas deseen saber sobre cómo fue el principio de su vida y sobre su familia biológica.
Uno de cada cuatro adoptados estan buscando respuestas e inician una búsqueda activa de sus orígenes.
La ley recoge su derecho a conocer todos los datos de su adopción que consten en poder de la administración. El derecho a conocer los orígenes para poderse sentirse seguros y a gusto consigo mismos, los adoptados necesitan entender y asimilar su historia.
Todavía hay algunas personas que creen que, si se sienten queridos, los adoptados no necesitarán saber de sus orígenes. Sin embargo, el deseo de saber no tiene nada que ver con el cariño ni con la fortaleza de la relación entre padres e hijos.
Aunque no tengan recuerdos, es lógico y natural que sientan curiosidad sobre lo que ocurrió en su pasado. Preguntas como «¿de dónde vengo?», «¿a quién me parezco?», «¿por qué mis padres biológicos me dieron en adopción?», «¿tendré más hermanos?», «¿qué habrá sido de ellos?» o «¿qué sucedió?» son normales y sanas. Sus orígenes son parte de lo que son y, a medida que crecen y aumenta su capacidad de comprender, necesitan entender con mayor profundidad esa primera etapa de su vida.
El deseo de conocer se manifiesta en los niños desde pequeños, y adquiere una gran importancia en la adolescencia y la edad adulta . Para construir una sana imagen de sí mismos, necesitan entender y asimilar su historia. Como todos, necesitan poder construir un relato de su propia biografía que no se asiente sobre una montaña de interrogantes.
La nueva ley de adopción internacional , aprobada en diciembre de 2007, recoge expresamente el derecho a conocer los orígenes. Como ya pasaba en la adopción nacional, las personas adoptadas internacionalmente podrán, una vez cumplida la mayoría de edad, acceder a toda la información de su expediente de adopción.
El deseo de saber es algo inherente al ser humano. Es perfectamente comprensible que los adoptados tengan preguntas y dudas sobre el modo en que comenzó su vida. Y tienen derecho a conocer la información sobre sus orígenes. Si eres adoptado y te corroe la necesidad de saber, no deberías sentirte culpable por ello. Cuanto más entendemos nuestro pasado (y a las personas que jugaron en él un papel importante), más fácil nos es a todos sentirnos a gusto con nosotros mismos.
La primera fuente de información deberían ser los padres. Sin embargo, y aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la comprensión del derecho a saber, puede que en tu familia el tema nunca haya sido tratado. Tal vez tus padres se sientan (o se sintieran) amenazados por la simple mención de tu familia de nacimiento. Después de todo, crecieron oyendo cientos de veces aquello de «madre no hay más que una».
Puede que para ellos no sea fácil entenderlo, pero tú deberías tener muy claro que no estás traicionándoles por pensar, preguntarte o buscar información sobre tu familia biológica. Con mayor o menor fortuna, ellos han llevado a cabo su papel de padres desde el momento en que llegaron a tu vida, y eso no va a cambiarlo nada. Tener curiosidad por las personas que nos trajeron al mundo, y con las que compartimos nuestro bagaje genético, no es un ataque ni una amenaza contra nadie. Tu curiosidad es lógica, sana y natural, y no deberías sentirte desleal.
Algunos estudios señalan que aproximadamente un 25% de las personas adoptadas inician la búsqueda de sus familiares biológicos. Con frecuencia, el deseo de encontrarlos aparece o se hace más fuerte después de una experiencia importante, como el tener un hijo, la muerte de los padres adoptivos o el diagnóstico de una enfermedad importante.
Te proponemos a continuación algunas reflexiones previas inspiradas en la experiencia de adultos adoptados que han intentado reencontrarse con su familia de origen. Están extraídas de las recomendaciones que la asociación francesa de personas adoptadas La voix des adoptes ofrecen a quienes inician este camino:
- Conviene tener claro desde el principio que buscar no siempre significa reencontrarse con la familia biológica y prepararse para esa posibilidad. Puede que la información de que se disponga sea escasa, y que necesites armarte de paciencia para ir tirando del hilo. Y puede que la búsqueda sea finalmente infructuosa o, en el peor de los casos, que la persona o personas que buscas hayan ya fallecido.
- Los reencuentros no son necesariamente la solución a un malestar. Uno puede estar tentado a creer que encontrar su familia solucionará sus problemas actuales (problemas de identidad, conflictos familiares…). No es bueno pensar en esos términos. De hecho, puede incluso que la cosa empeore. Por eso, si en tu vida todo va mal, no es el momento de iniciar la búsqueda. Intenta sobre todo ser claro contigo mismo y comprender por qué quieres buscar.
- No todas las verdades son fáciles de asimilar, y hay que prepararse para ello. En el caso de que finalmente encuentres a tu familia biológica, no sabes qué vas a descubrir de tu historia. Puede que sea una historia difícil (violación, prostitución, violencia doméstica…). Es por ello que, antes de iniciar la búsqueda, es necesario haber adquirido una cierta madurez y sentirse fuerte.
- Deseas reencontrar a tu familia biológica pero… ¿están ellos preparados? Dar un niño en adopción no es nada fácil para muchas madres. Es muy posible que no sepas gran cosa del contexto en el que tu madre tomó la decisión, ni conozcas tampoco sus antecedentes, pero debes prepararte para la posibilidad de que, aunque llegues a encontrarla, ella no desee verte. Si éste es el caso, no te desmoralices en seguida. Puede que saber que su hijo la busca sea un verdadero shock para ella, y que necesite tiempo para asimilarlo. Lo mismo puede suceder con otras personas de tu primera familia (padre, hermanos o hermanas, etc.).
- Prepárate también para el post-reencuentro. En la mayor parte de los casos, la madre o los familiares biológicos quieren mantener el contacto, tener fotos y noticias, etc. después del encuentro. Generalmente, los adoptados desean también mantener cierta relación. Si no es tu caso, nadie debe juzgarte, pero piensa en el daño que podrías hacer a tu madre biológica (o a tu familia) reapareciendo en su vida para volver a desaparecer
Hasta hace unos años, la búsqueda de información sobre los orígenes se consideraba un fracaso de la adopción. Eran otros tiempos, en los que la adopción era un tema tabú. Hoy en cambio se considera que conocer sus orígenes es un derecho fundamental de los adoptados.
Este derecho está respaldado por el Codigo Civil, la Ley de Adopción Internacional y la legislación de las comunidades autónomas. Las personas adoptadas tienen derecho a conocer todos los datos sobre su historia que obren en poder de la Administración, por lo que el primer paso es acudir a las entidades competentes en la materia.
Lamentablemente hay casos en el que nunca se llegó a saber nada del padre ni de la madre del menor.