La adopción no se tiene que ver como unos adultos que quieren tener un hijo

«Para ser adoptados, primero hemos tenido que ser abandonados, bien porque hemos perdido a nuestra madre o nos ha rechazado»

Laura Heckel (Colombia, 1982) fue la encargada de cerrar las IV Jornadas sobre Infancia Desprotegida organizadas por la Asociación Asturiana de Adoptantes (Asturadop). La secretaria de la entidad ‘La voz de los adoptados’ habló de su experiencia personal como hija adoptada e incidió en el efecto racial de las sociedades receptoras sobre los niños extranjeros.

«En muchos casos, somos criados en países donde nuestros rasgos no se asemejan a los de nuestros padres adoptivos. Esto te hace sentir diferente y pasar por varias etapas, desde el rechazo de tu origen hasta idolatrarlo», subrayó Heckel.

¿Cómo surge ‘La voz de los adoptados’?

La asociación nace en Francia en 2005 al unirse varios adultos adoptados de diferentes países de origen. Todos nosotros tenemos unas características comunes y necesitamos transmitir lo que sentimos, sentirnos apoyados y sobre todo buscar empatía.

¿Cuántos miembros tiene la asociación en España?

Rondamos los 300 amigos, a los que hay que añadir unos 40 socios adoptados. Todavía somos muy jóvenes y acabamos prácticamente de nacer.

«Todos los niños adoptados son niños que han sido abandonados», afirman en la presentación de su página web.

La palabra ‘abandonado’ suele dar miedo, pero siempre decimos que para ser adoptado, primero hemos tenido que ser abandonados. Es una realidad. Para ser adoptados hemos tenido que perder una madre biológica o haber sido rechazados. Es una forma de nombrar las cosas para que la sociedad entienda cómo nos podemos sentir.

¿Cuándo se da cuenta el menor de que primero ha sido abandonado y posteriormente adoptado?

No hay una edad exacta, va entre la madurez y la sensibilidad del niño. Cuando tienes 12 años, ya te das cuenta de que tu madre adoptiva no es la que ha tenido el embarazo. Entonces te preguntas: ¿Por qué me ha dejado? ¿Habré sido tan malo? Buscas respuestas como niño que eres, por lo que no siempre son las mejores porque no las sabes encontrar. Ya cuando eres mayor, ves otras realidades.

¿Cuál es la reacción de los niños al conocer que viven con una familia adoptiva?

Depende mucho de la edad. Desde ‘La voz de los adoptados’ aconsejamos y rogamos a los padres que el tema se trate con total normalidad desde que el niño está en casa. Debe hablarse abiertamente de adopción y no convertirse en un tema tabú, ya que en este caso mermaría mucho la autoestima de los menores.

¿Cómo varía la visión personal del menor hacia esta circunstancia con el paso de los años?

En la adolescencia puede haber desde un rechazo total, querer hacer daño a los padres adoptivos o culpar de todos tus problemas a la adopción hasta que se convierta en un tema tabú y no querer que lo sepa nadie porque es una vergüenza personal muy grande. Cuando ya eres adulto, te vuelcas más en comprender y emprender una búsqueda de tus orígenes.

¿En qué medida las adopciones protegen a la infancia?

La adopción se tiene que ver siempre desde el punto de vista del niño y no de unos adultos que quieren tener un hijo. Desde que nace el menor tiene derecho a tener una familia y luego los adultos tienen derecho a solicitar una adopción. Entonces siempre prevalece el derecho del niño. La seguridad y el bienestar significa que los niños necesitan unos padres adecuados a sus necesidades.

¿Este derecho de los niños se plasma en la sociedad?

Estamos cambiando, pero todavía se sigue hablando de padres demandantes o de países que ofrecen niños. Cada vez que escucho estos términos se me pone la carne de gallina.

¿Qué medidas deben llevarse a cabo para que los menores no se sientan mal por estos comentarios?

Los padres deben decirles lo felices que son por tenerle como hijo y que ha sido una suerte para ambos el haberse encontrado. Los elogios de la sociedad a los padres pueden hacer mucho daño a los menores.

¿Los adultos asumen su adopción al 100%?

Deben asimilarlo, saber vivir con ello y pasar las diferentes etapas. Siempre decimos que no hemos sido adoptados sino que somos adoptados para toda la vida. Tenemos que sacar las partes positivas de ello.

¿En qué situación se encuentra actualmente las adopciones?

Ha habido un parón, aunque no han disminuido. No obstante, España sigue siendo el segundo país con más adopciones.

¿Y en cuanto a la distribución mundial?

En los países desarrollados el abandono libre y total por parte de la familia biológica se da muy pocas veces. En cambio, en los países subdesarrollados se produce sobre todo por la pobreza.

¿Cuál es la reflexión que hacen los niños adoptados procedentes de estos países?

Nos da pena que nuestras madres biológicas hayan tenido que recurrir a la adopción para poder subsistir, mientras que los países desarrollados disponen de otras formas.

Jesús Escudero
elcomerciodigital.com

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