El 80% de las adopciones eran ilegales porque hubo coacción
Letrado y autor de dos libros, Enrique Vila es también un hijo adoptado que busca sus orígenes y que ha puesto sus conocimientos al servicio de casos similares, bien a través de su bufete o de asociaciones como Anavir.
Buscar los orígenes en España no es fácil, aunque se va ganando terreno, indica Vila, que recoge algunos casos en ‘Bastardos’ e ‘Historias robadas’
¿Cómo se especializa en búsqueda de familias biológicas?
Primero me puse en contacto con Andas, la asociación que fundó Paco Lobatón. Me interesaba buscar y ayudar a la gente a buscar a sus madres biológicas. Es un derecho muy debatido que a partir de 1999 empezó a ser más reconocido en España. Ese año sale una sentencia del Tribunal Supremo que reconoce que entre el derecho a investigar la paternidad y el derecho a la intimidad de la madre biológica prima el primero. Hay gente que todavía no lo acepta, pero poco a poco vamos ganando sentencias y autos, pese a la oposición de algunas administraciones que custodian los nombres de los padres.
¿Qué recursos tiene una persona adoptada que quiera buscar?
Depende de si es adoptado o robado. Si es adoptado tiene que pedir una orden judicial para investigar donde se guarden los archivos del hospital donde nació. Los archivos de los hospitales públicos están en las diputaciones provinciales o, en algunos casos, han pasado a las consejerías de cultura. Si es un hospital privado hay que dirigirse a él, pero en la mayor parte del territorio español la ley sólo obliga a guardar los archivos durante cinco años.
¿Y en el caso de niños robados?
En ese caso es muy difícil porque no se sabe dónde se produjo el nacimiento. El derecho a buscar es el mismo, pero es más difícil justificar ante el juez la búsqueda en un punto determinado.
Parece claro que es imposible renunciar a conocer el origen…
Conozco adoptados que no quieren buscar, pero siempre queda la duda. Estoy convencido de que si fuera más fácil, si hubiera una oficina de información centralizada en la que simplemente con dar los datos del nacimiento se pudiera saber el origen, lo haría todo el mundo. NInguno queremos sustituir a unos padres, pero saber de dónde vengo o por qué mi madre me entregó es una curiosidad propia del ser humano.
En muchos casos la Iglesia es intermediaria, ¿por qué?
Por dos motivos: que muchas religiosas han sido auxiliares de hospitales y participaban de estas tramas y también que la iglesia piensa que hacía una buena acción porque cogía niños de madres con dificultades y los entregaba a familias o incluso, como la casa cuna donde yo nací, Santa Isabel, dicen que han evitado abortos.
¿Su actitud es colaboradora?
No, en absoluto. Tiene una desfachatez brutal. Yo nací en una institución religiosa que hace 15 años me decía que no podía ver los datos y ahora que ven que tienen la ley en contra dicen que no los tienen. Y ahí no hay nada que hacer.
Los casos son muy complicados, a veces parece haber mala fe y otras veces no…
Nos encontramos con madres que firman la entrega coaccionadas, porque no les quedaba más remedio y no podían elegir. Yo creo que el 80% de las adopciones son ilegales porque ha habido coacción, muy pocas entregaban voluntariamente. Luego están las que fueron engañadas, les decían que los niños habían muerto y ese niño se inscribía como hijo propio. Y luego había adopciones falsas en que la mujer entregaba voluntariamente, pero no aparece como adoptado sino que es inscrito como hijo propio. Es una trama muy, muy amplia.
¿Se puede hablar de trama como tal o son hechos aislados?
Tengo mucha curiosidad por ver la relación entre las tramas. Estoy convencido de que entre ellos se conocían y sabían en qué clínicas se hacía y luego en cada ciudad quién era el gancho que podía conseguir padres. Es extraño que los niños acabaran en ciudades tan distintas.
Mar M. Louzao
El Progreso Lugo