Luz verde a la orden de adopciones
La Junta de Andalucía abre la puerta a nuevas solicitudes para adoptar menores sin necesidades especiales – Las familias no podrán elegir la raza ni precisar la edad del niño
Antes de que se acabe el mes, la Junta de Andalucía volverá a admitir solicitudes de adopción nacional para niños sin necesidades especiales. La consejera para la Igualdad y el Bienestar Social firmará esta semana, previsiblemente hoy, la orden que regulará las características de los menores que se pueden adoptar. La norma sustituirá a la publicada en noviembre de 1998, que supuso el cierre de la lista de peticiones para adoptar a niños sanos de cero a siete años.
En 1998 había 4.200 solicitudes para adoptar y los niños que llegaban al programa empezaban a disminuir como consecuencia del incremento de garantías en los procesos de declaración de desamparo, por lo que se decidió cerrar la entrada a nuevas familias que sólo quisieran a un menor sin necesidades especiales, los más demandados. Pero en este tiempo la bolsa de demandantes de estos niños se ha agotado. Por eso se ha optado por admitir nuevas peticiones. «No es que haya más niños, es que la bolsa de demandantes se ha envejecido después de 12 años», sostiene la directora general de Infancia y Familias, Teresa Vega.
Los responsables de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social insisten en este mensaje ante el temor de que las familias que quieren adoptar bebés o niños muy pequeños se creen falsas expectativas. «Bebés sanos para adoptar hay poquísimos y eso es un buen síntoma. El procedimiento para declarar el desamparo es muy largo, tiene muchas garantías y es difícil que un menor entre en el programa de adopción con menos de dos o tres años», explica la consejera para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro. «No hay más niños susceptibles de ser adoptados. Pero hemos querido cambiar los criterios para ver si así conseguimos que todos los que hay y los que tengan que entrar encuentren familias», afirma Navarro.
La bolsa de adopciones nacionales de la Junta está actualmente compuesta por 1.354 familias que han solicitado hacerse cargo de un menor con necesidades especiales. Esta categoría incluye a los niños con siete años o más; grupos de, al menos, tres hermanos; y menores con enfermedades crónicas, antecedentes clínicos de riesgo, discapacitados u otros trastornos.
Cuando la nueva orden entre en vigor, habrá un registro único de adoptantes y la disposición de las familias de hacerse cargo o no de un niño con especiales dificultades se verá durante el proceso para obtener la declaración de idoneidad. Las más de 1.300 solicitudes que ya están tramitadas mantendrán su antigüedad. La normativa regula también unos intervalos mínimos de edad que precisarán las familias al hacer su solicitud. Si hasta ahora podían concretar los meses o los años que querían que tuviera su hijo adoptivo, la nueva orden establece intervalos de tres años. Por ejemplo, los solicitantes podrán expresar su disposición a adoptar a un niño de cero a tres años, o de tres a seis, o de cuatro a siete, pero no concretar la edad dentro de estas horquillas. «Pretendemos evitar que las familias lleguen con planteamientos muy rígidos», explica la directora de Infancia y Familias.
Este mismo objetivo es el que se persigue al prohibir que los solicitantes elijan el sexo, la circunstancias sociofamiliares que hicieron que el menor entrara en el programa de adopción o la raza, que deja de ser considerada como determinante de una «necesidad especial». «En los últimos 12 años la sociedad ha cambiado. Antes costaba mucho trabajo encontrar familias dispuestas a hacerse cargo de un niño que no fuera de raza blanca», explica Vega.
Segundas oportunidades que se resisten
En los tres últimos años, 484 menores han sido adoptados en Andalucía (154 en 2008; 174 en 2009; y 156 en 2010). De los del año pasado, sólo 54 eran niños sanos menores de siete años, los afectados por la nueva orden y los más demandados por las familias que acuden a la Junta a pedir información para adoptar. El resto tenían más de siete años, pertenecían a grupos de hermanos o presentaban alguna discapacidad o dificultades añadidas como trastornos de conducta, retraso madurativo o un bagaje traumático de abusos sexuales. Pero los 156 encontraron una familia dispuesta a darles una nueva vida.
No corrieron la misma suerte otros 34 menores que están dentro del programa de adopción pero para los que Bienestar Social no encuentra familia. Diez llevan esperándola desde 2006. Algunos, siete de ellos, son chicos que no padecen ninguna dolencia ni trastorno especial, pero tienen más de siete años y los responsables de la consejería saben que pasada esa barrera cuesta mucho más dar con una familia que quiera a adoptarles. Los otros 24 presentan alguna discapacidad o trastorno grave y los candidatos declarados idóneos para hacerse cargo de ellos no se han atrevido a dar el paso. Estos 34 niños están sobre las conciencias de todos los que trabajan en la Dirección General de Infancia y Familias. «Nuestro objetivo es que la orden sirva para renovar la bolsa y que no haya menores que lleguen a la mayoría de edad en los centros de protección», sostiene la consejera, Micaela Navarro.
Reyes Rincón
elpais.com