Madres desensibilizadas: cómo actuan los psicólogos canarios para afrontarlo
La infancia es la etapa vital más vulnerable, cuando los seres humanos aprenden a cómo sobrevivir en el mundo de manera cada vez más autónoma y desarrollarán sus capacidades. Es por ello que los niños requieren una especial atención para evitar abusos y maltratos. Son más conocidos los malos tratos físicos, corrupción de menores, abusos sexuales, que aquellos por negligencia, que curiosamente son los más frecuentes, un 70% del total.
Tal como explica la catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación, María José Rodrigo, el maltrato infantil por negligencia consiste en no prestar la necesaria atención o apoyo a los niños para cubrir sus necesidades básicas, como lo son la alimentación, salud, protección física, aparte de la estimulación y la interacción social y afectiva.
Atendiendo a estos datos, investigadores de las dos universidades canarias están realizando actualmente un estudio sobre la «insensibilidad» de algunas madres ante las señales que emiten sus bebés dentro del proyecto Neurocog, a cargo de Manuel De Vega. Se trata de una investigación de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), en conjunto con el Centro de Neurociencias de Cuba.
María José Rodrigo trabaja en conjunto con la Profesora Titular de Psicología Básica de la Universidad de La Laguna, Inmaculada León, y un equipo de investigadores de esta universidad. La catedrática de Psicología Evolutiva explica que la investigación en el campo del maltrato por negligencia es bastante reciente. El primer documento oficial sobre estudios en esta campo fueron los que se hicieron en orfanatos de Rumanía tras la destitución del dictador Nicolai Ceaucescu en los años noventa. «Los niños de estos orfanatos vivían en condiciones precarias, abandonados, que afectaban su conducta mental. En algunos casos, sólo tenían un cuidador por cincuenta niños. Se producían casos de acinamiento de niños en condiciones inadecuadas y eran ellos mismos los que autoestimulaban… Los resultados de esta investigación provocaron alarma social y política», comenta Rodrigo. La especialista expone que vivir bajo estas condiciones afecta al cerebro del niño, que no se desarrolla con normalidad, llegando a producirse atrasos mentales y deficiencias.
Datos del estudio
Rodrigo habla de los factores por los que se dan más casos de negligencia, como son la depresión postparto (con un alto porcentaje de casos), otro tipo de depresiones que provocan que se desatienda al niño; malas condiciones de vida, sobre todo en situaciones de inseguridad familiar, ya sea económica, por violencia o drogadicción, por las que la madre «pierde la cabeza, se encuentra en un estado en el que no puede atender al niño», declara la psicóloga. A éstos, se unen casos menos evidentes como cuando los niños están subalimentados, aportando una alimentación que no es la apropiada para su edad, o cuando las condiciones de limpieza en el entorno del niño tampoco son los más adecuados. Ser madre adolescente puede llegar a ser otro factor que desemboque en negligencia cuando la madre no ha madurado lo suficiente y todavía está centrada en su propia vida.
No obstante, en el estudio no se incluyeron mujeres con factores de riesgo más acusados, salvo aquellas que vivían en condiciones precarias socio-ambientales en las que es más fácil poder identificarlo y llegar a través de los servicios sociales.
Los datos del primer estudio revelan que existen diferencias de reactividad entre las madres «control» (las que que reaccionan adecuadamente al llanto del niño) y las madres «insensibles» o negligentes, que no presentan esta pauta. «Se les mostraba fotos con caras de niños llorando y en las madres «control» se establecía un proceso automático básico de dirigirse al niño, mientras que en las madres negligentes no está funcionando, por lo que no es posible que lleguen a la elaboración mental de que los niños pueden tener necesidades de frío, hambre, paseo… Cosa que se da en las otras madres», explica María José Rodrigo.
Programas educativos de prevención pioneros
Ante estos resultados, los investigadores de la ULL han llevado a cabo un programa educativo de prevención desde el año 2000. Se trata de una iniciativa pionera en España, respaldada por el Cabildo de Tenerife, que se movía en la línea del programa desarrollado desde 2007 por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y que se ha ejecutado a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, a través de la Subdirección de Familia, presente en los ayuntamientos del país. Los actuales programas educativos de prevención se realizan en Castilla-La Mancha, Castilla y León, Canarias y en algún ayuntamiento, como el de Lleida. Desde 2007, especialistas canarios que ya estaban en los primeros proyectos, como María José Rodrigo, han trabajado en la creación del programa y en la formación de técnicos, entre otros, para poder realizar el proyecto.
El programa consiste en trabajar con grupos de familias, en los que se mezclan las que más desatienden a sus hijos con las que menos. «Se trata de programas experenciales, los padres cuentan sus experiencias y, viendo lo que otros les cuentan y hacen, aprenden mucho más que con la típica charla», expone Rodrigo, quien explica que el proyecto se aplica siguiendo dos variantes. Por un lado, para las familias aisladas, que se van encerrando del entorno en su malhacer, para las que se aportan personas de apoyo. Luego está el caso de madres con carencias personales no educativas, como limitaciones para relacionarse y expresarse socialmente, para ellas existen actividades para sacarlas de ese mundo, como la búsqueda de empleo.
La mayor ventaja de esto es que «con relativamente poco dinero, el efecto preventivo es bueno. Y es siempre mejor para preservar la familia que al niño afectado no se le saque del entorno familiar», plantea la especialista, quien admite que hace muy poco que se actúa de esta manera, manteniendo al hijo en la familia que, con los apoyos adecuados, es siempre más positivo, pues separarlo de la familia puede afectarle negativamente en su desarrollo, como un «castigo» que se le impone a la víctima. En 2006, el Consejo de Europa estableció la Parentalidad positiva, para llevar apoyos a que los organismos públicos lo cumplan a través de material y trabajo psicoeducativo.
Por su parte, el proyecto Neurocog, en el que está inmersa la investigación sobre las madres «insensibles», cuenta con la participación de profesionales de distintos ámbitos, como biólogos, psicólogos, médicos, neurólogos, entre otros. Se trata del primer referente de este tipo de investigación en Canarias, un elemento de excelencia en la colaboración de campos como la biomedicina y la psicología. Este proyecto, que se inicia en 2011, tendrá continuidad temporal y tiene detrás un buen fondo económico, con el que se ha contratado a mucha gente para investigar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
Daura Vera
www.latribunadecanarias.com