El niño que se enfada demasiado
En ocasiones encontramos familias preocupadas, y con razón, debido a que sus niños pequeños presentan episodios de enfado exagerado lo que hace no sólo que expresen su ira por medio de berrinches y rabietas sino también por medio de golpearse la cara, la cabeza, tirarse del cabello, etc.
Este cuadro expresa cierto grado de frustración y deseos de atención por parte del infante.
No siempre significa que el niño esté mal atendido o descuidado sino, en la mayoría de los casos habla de algo normal pero que requiere de ciertos cuidados y contención familiar.
Causas Básicas de este comportamiento
No se puede hablar de un solo factor responsable de esta situación sino de la sumatoria de varios factores que pueden llevar a este tipo de circunstancias. Algo a destacar es que estos episodios se presentan entre los niños activos y llenos de energía.
Enumeremos algunas de estas causas básicas:
Desarrollo del ego
tanto los berrinches, rabietas, o cuadros de enojo exagerado representan el choque de la personalidad en desarrollo del niño con la voluntad de sus padres. El niño en su búsqueda de demostrar poderío, de realizar las cosas a su manera y de llamar la atención recurre a estas formas y más aún si ve que le dan resultado. Los padres deben saber que un episodio de este tipo mal manejado puede ser capaz de terminar en un hábito.
El niño capta rápidadamente las beneficios que puede obtener por este medio y como lograr que sus padres cumplan con sus deseos. Estos tipos de reacciones no tienen como base maldad sino la búsqueda de una satisfacción secundaria.
Inseguridad
la inseguridad generada por cualquier circunstancia es una causa de peso para producir estos episodios.
Sobreprotección versus Disciplina Rígida
estos cuadros se ven más frecuentemente en niños sobreprotegidos y que no fueron enseñados con una adecuada disciplina. El niño sabe, al igual que en los berrinches, que por medio de esta forma puede conseguir lo que quiere.
Pero atención también la disciplina muy estricta puede ser causante de esto por eso los pediatras insistimos en la búsqueda del equilibrio al proteger, guiar y educar al niño; por medio del sano ejemplo y siendo firmes pero no rígidos en el trato con el pequeño en el momento de descontrol.
Padres que titubean
si los padres no demuestran seguridad el niño se siente confundido y facilita la presencia tanto de berrinches como de agresión. Si un padre prohíbe algo y el otro lo autoriza al niño se le está dando un doble mensaje que no ayuda para nada en la resolución de este tipo de problemas.
Facultad de imitar
el niño que ve a sus padres hacer escenas de mal humor, tirar objetos y golpear puertas tiene un ejemplo a seguir.
Demostración de sus nuevas habilidades
el niño también demuestra de esta manera su inicio en la toma de responsabilidades y muestra así también las habilidades que va adquiriendo con su desarrollo. Por ejemplo los padres con la intención lógica de evitarle posibles accidentes pueden no permitir ciertas actividades que recientemente el niño ha aprendido y esto afecta el orgullo del pequeño produciendo enojo y frustración.
Inteligencia
estos tipos de episodios no tienen relación con el nivel de inteligencia del niño, pudiendo aparecer tanto en niños muy avanzados como en aquellos que sufren retardo mental.
Impaciencia, cansancio y desdicha de los padres
nadie puede culpar a una madre cansada de lidiar todo el día con un niño exageradamente irritable. Esto hace que el cuadro pueda potenciarse y formar así un círculo vicioso inagotable. Otro factor a destacar es el caso de parejas que no se llevan bien, produciendo tensión en la vida cotidiana y repercutiendo en la personalidad del niño.
El primer paso para resolver estos cuadros es el de una sana autocrítica en cuanto a la relación familiar y la búsqueda de un equilibrio.
La autocrítica debe ser realista pero positiva, no sirve si se asume autocrítica como reproche (y esto es muy importante).
Su pediatra seguramente podrá orientarles, y, si fuera necesario, derivarles a una consulta psicológica, pero siempre la respuesta y solución están en la familia.