El móvil de los ladrones de bebés era una caridad malentendida

El periodista Jesús Duva presenta ‘Vidas robadas’, una obra con 30 años de investigación en la que recoge testimonios de padres despojados de sus hijos.

Cada vez son más los casos de niños robados que salen a la luz. En Cádiz, uno de los principales focos se encuentra en el hospital de La Línea pero, desafortunadamente, hay más de 300 familias en toda la provincia que sospechan del robo de sus bebés.

El escritor y redactor del periódico El País, Jesús Duva, presentó Vidas robadas, su último libro realizado con la colaboración de Natalia Junquera. El libro cuenta con 30 años de investigación de tramas de adopciones ilegales en España desde 1980 hasta principios de los 90, cuando Duva cree que descendieron los casos al promulgarse la ley actual de adopciones.

Junto al periodista presidieron la mesa la presidenta de la asociación S.O.S Bebés robados Cádiz, Chary Herrera, y la vicepresidenta, residente en Jerez, Luisa Fernanda Terrazas. El resto de los asistentes lo conformaban gran parte de afectados por estos casos de tráfico infantil.

Antes de las palabras del autor, la vicepresidenta Terrazas aportó que «unas 70 familias de los cuatro centros sanitarios de Jerez han sacado a la luz algún niño robado». Por su parte, Chary Herrera, que fue la primera en denunciar un caso, insistió en que Cádiz es la provincia con mayor número de afectados y resaltó la importancia de que actualmente «hay ocho casos que han pasado a juicio».

El redactor de El País explicó que la idea de crear esta obra nació a raíz de un caso ocurrido en noviembre de 1981. Cuenta cómo «la Policía de Madrid interceptó a dos niños en el momento de una compraventa en una guardería que iba a venderlos a Valencia y que provenían de la cínica San Ramón de Madrid». El autor contó que la investigación, a la que fue muy difícil acceder por parte de los periodistas, se cerró sin que los responsables fueran procesados. Duva explicó que el que aparezcan ahora tantos casos de niños robados «no es una coincidencia, porque ahora esos niños son adultos y se interesan por su pasado», de una manera que el autor calificó de «obsesiva».

El autor, además ,describe en su obra que, tras las investigaciones a curas, monjas, y doctores (que solían ser los principales responsables de delito de secuestro de menores, en su opinión), determinaron que el móvil de éstos «no era el dinero, sino una caridad malentendida, un afán de hacer el bien y un intento de corregir la línea torcida de Dios».

Afirmó que en La Línea, «la situación está muy avanzada» pero que «aún no se ha resuelto ningún caso porque las fiscalías han estado muy perezosas». Además, resaltó que «para pillar a los culpables requeriría que esos niños acusen a sus padres adoptivos de cooperación necesaria» y en la mayoría de los casos que trata en el libro, estos niños «no han sido tratados mal por los padres adoptivos».

En la obra se retratan casos de toda España, incluidos los centros sanitarios de Cádiz puesto que, como describen sus investigaciones, no había una red de operaciones sino muchas y muy interrelacionadas. «Digamos que a veces se prestaban niños entre sí», finalizó el escritor.

N. MÁRMOL
Europasur.es

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