La respuesta a retos de adoptados adolescentes no puede ser la medicalización
Los menores adoptados por las familias españolas llegan a la adolescencia y se topan con dificultades de escolarización y de búsqueda de la identidad, problemas que no se pueden responder con su «expulsión» o «medicalización» sino con el tratamiento de «su diversidad».
Así lo ha planteado hoy en Valladolid el catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, Jesús Palacios, en declaraciones a los periodistas poco antes de participar en una jornada organizada por la Consejería de Familia de Castilla y León con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Infancia.
Palacios, experto en el ámbito de la adopción, ha recordado que ésta ha cambiado mucho, con un descenso de las adopciones internacionales, y con la llegada de los adoptados a la adolescencia, que trae nuevos problemas y planteamientos, así como de una búsqueda de su identidad y origen.
Los niños adoptados que no tienen problemas para superar la educación primaria se adentran en la secundaria y aparecen las «dificultades de escolares», con «problemas de atención», y la aparición de su propia identidad y con ella de la búsqueda de sus orígenes.
Los menores quieren saber sus orígenes, buscarlos y encontrarlos, planteamientos distintos que requieren respuestas distintas, ha explicado el experto.
«La problemática de la adopción en la infancia palidece al llegar la adolescencia» y necesita «de familias más preparadas y de profesionales» que sepan dar esas nuevas respuestas.
A su juicio, la respuesta a la problemática en las aulas no puede ser la de «sacar o expulsar» a los menores del sistema educativo o «medicalizarlos», no puede ser tratada «como una patología» sino desde «la diversidad».
En la jornada también ha intervenido el catedrático de Psicología de la Sexualidad del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Salamanca, Félix López, quien se ha referido a otro tipo de abusos sexuales que sufren los menores, como ser casados cuando son niños, que se les planche los pechos, o no ser aceptados por su «sexualidad diferente» o «tener una orientación del deseo minoritaria».
Más que abordar el «maltrato», el experto ha apostado por «el buen trato», y ha destacado, al igual que los otros dos intervinientes, el modelo de atención a la infancia de Castilla y León, pionero en muchas de las materias, y que también ha destacado la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos.
En ese sentido, el catedrático de Psicología Social y director del Grupo de Investigación en Familia e Infancia de la Universidad de Oviedo, Jorge Fernández del Valle, se ha referido al sistema de protección a la infancia en España que funciona desde hace 25 años, con distintos programas en las autonomías.
«Hay bastantes diferencias» entre unas Comunidades y otras, según Fernández del Valle, quien ha puesto como ejemplo el camino emprendido por Castilla y León en acogimientos, adopciones o protección con planteamientos que no se han reflejado en otras autonomías.
El experto ha confiado en que siga adelante la elaboración de una Ley de Protección de la Infancia, sobre la que se trabajó en el Senado en la anterior legislatura -con un anteproyecto por parte del Gobierno socialista en funciones- para que haya «un marco nacional igual para todas las autonomías».
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