Los padres llevan la conflictividad a las aulas

Las disputas con familiares centran la mayoría de las 19 denuncias de los docentes a los tribunales.

La autoridad del profesorado se resiente en el Principado. El número de expedientes de acoso contra docentes se dispara impulsado, básicamente, por las acciones violentas de padres de alumnos.

Al menos, 19 profesionales asturianos sufrieron el curso pasado situaciones graves y continuadas que exigieron adoptar medidas judiciales, además de asesoramiento legal y orientación psicológica y, en el 42% de las denuncias, había familiares de los estudiantes de por medio. Esto supone que se han detectado seis casos graves más que en el curso anterior, lo que en una comunidad con 130.000 alumnos y 13.500 profesores es un crecimiento exponencial.

Así lo considera el sindicato docente ANPE, que gestiona el defensor del profesor, una figura que sirve de bastón para los profesionales que se sienten indefensos y que ha recopilado todas las cifras. El presidente regional de ANPE, Gumersindo Rodríguez, afirmó que en Asturias “las medidas de apoyo al profesorado son un papel en blanco, ya que nada se ha hecho en los últimos para proteger al profesional de la enseñanza”. Rodríguez es un firme defensor de la promulgación de una normativa que considere al maestro una autoridad pública.

La memoria del defensor del profesor es preocupante por el incremento de expedientes graves, aunque no se puede decir que exista una elevada conflictividad en las aulas asturianas y más se si se compara con otras autonomías españoles. No obstante, ANPE constata un incremento de “violencia de bajo perfil, que es la que a diario impide el ejercicio de la práctica docente y el derecho a la educación de los alumnos” y también “un deterioro en la convivencia”.

Esto supone que el docente emplea gran parte del tiempo en poner orden en clase, en reconducir las salidas de tono del alumno, perdiendo así tiempo real para avanzar en las materias. De los 19 casos graves presentados por profesores asturianos, 12 llegaron a manos del defensor del profesor de ANPE en Asturias y otros siete se expusieron ante la misma figura de ANPE en Madrid. Esta división se debe según Gumersindo Rodríguez, a que muchos docentes se sienten avergonzados por lo que están viviendo y prefieren dirigirse a personas que no les conocen. De los 12 casos gestionados directamente en el Principado, el 42% están en aulas de Secundaria. El 100% asegura que tiene problemas para dar clases y que soporta continuas faltas de respeto, el 42% ha sufrido acoso y amenazas de padres y también el 42% tiene problemas con sus superiores. El 25% recibe insultos de sus estudiantes y también el 25%, amenazas. Dos de los casos han sido de tal gravedad que el profesor, según explica la memoria del defensor, se ha visto obligado a denunciar a dos estudiantes ante la Guardia Civil. El estado de ánimo de los profesionales se complica. El 67% asegura que sufre ansiedad y el 42% presentan un diagnóstico de depresión, aunque sólo el 33% se ha cogido una baja médica.

Uno de los problemas asociados que sufren es la falta de respaldo explícito tanto de la dirección de los centros como de los equipos de inspección. La memoria de ANPE refleja que el 67% no se siente apoyado por el equipo directivo de su colegio o instituto y el 75%, tampoco encuentra eco en la inspección.

Tanto Gumersindo Rodríguez como la coordinadora del servicio del defensor, Ana García Salas, cree que se pueden adoptar medidas cautelares para reducir la conflictividad, reclama la creación de un protocolo de actuación y solicita la creación de un servicio de asistencia jurídica.

Susana D. Machargo Oviedo
www.lavozdeasturias.es

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