Madres de película: coraje, traumas y amor

Del estereotipo bondadoso al cliché freudiano o la figura demonizada, las mamás más recordadas del séptimo arte.

De la intrépida que pone en riesgo su vida con tal de mantener a su hija consigo, a la adolescente embarazada que decide dar a su bebé en adopción. De la abnegada que busca desesperadamente a su pequeño desaparecido, a la cruel y despreciable que tritura la autoestima de su hija. De la sufrida a la culposa. De la amorosa a la agobiante. De la cálida a la malvada. De la mejor a la peor.

Madre no hay una sola. Ni en la vida ni en el cine, que se ha ocupado de este rol desde todas las ópticas posibles. Fluctuando entre la figura modelo, el cliché psicoanalítico y la demonización (en clave cómica o trágica, según el caso), muchos films han elaborado su propio relato sobre este personaje tan determinante en cualquier historia personal.

En un racconto breve y arbitrario, recordamos a algunas madres de película.

No me iré sin mi hija (1990) cuenta una historia real. En los 80, el matrimonio compuesto por Betty y Sayyed Mahmoody, estadounidense e iraní respectivamente, decide salir del país de ella para visitar el país de él, que hace años que no pisa. Cuando llegan a Teherán, junto a Mahtob, la hija de ambos de cuatro años, Betty empieza a sufrir la brutalidad del régimen iraní y atestigua azorada cómo su marido se transforma en un musulmán fundamentalista y violento que no quiere regresar a Estados Unidos. Además, descubre que bajo las normas iraníes puede divorciarse pero la custodia de Mahtob pasa al padre. Ahí comienza la peripecia para huir del país con su pequeña. La actriz Sally Field encarna a la protagonista del film basado en el libro escrito por la Betty real, quien al final logró escapar junto a su hija.

También es verídica la trama que aborda El sustituto (2008), basada en una serie de asesinatos de niños ocurridos en Los Ángeles en la década del 20. Para Christine Collins (Angelina Jolie) su hijo Walter, de 9 años, es la razón de su vida. El día que el chico desaparece, comienza una búsqueda que no termina ni siquiera cuando le traen a un pequeño asegurándole que es su hijo perdido.

En La decisión de Sophie (1982), Meryl Streep encarna a una de sus madres más recordadas. Al mismo tiempo que desarrolla un triángulo amoroso, la película revela el remordimiento diario que vive la polaca Sophie Zawistowska por una decisión terrible que debió tomar en su pasado. Madre de dos niños pequeños, durante su reclusión en Auschwitz, un oficial de la SS le dio a elegir entre uno de sus hijos; el otro sería enviado a una muerte segura.

Triste pero más esperanzadora es la historia de Quédate a mi lado (1998) o, en su título original, Stepmom («Madrastra»). Isabel (Julia Roberts) es una profesional joven que debe lidiar con los hijos de su novio, de 12 y 7 años. La conflictiva relación empieza a cambiar cuando Jackie, la exmujer del novio y madre de los chicos, descubre que tiene cáncer terminal. Al darse cuenta que Isabel tendrá un papel importante para sus hijos cuando ella no esté, Jackie decide ayudar en el proceso.

Todo sobre mi madre (1999) es una perla destellante en el collar de películas de Pedro Almodóvar que reflejan su obsesión con el universo femenino y la figura materna. Manuela (Cecilia Roth) es una enfermera que se ha dedicado totalmente a su hijo Esteban. El padre es transexual y se hace llamar Lola, pero Esteban no conoce su identidad. El día que cumple 18 años, tras mucha insistencia, ella promete contarle la verdad. Pero antes que eso suceda, el chico muere en un accidente de tránsito. Manuela emprende así un viaje en el que conoce a Rosa (Penélope Cruz), quien también espera un hijo de Lola y decide manejar la situación de un modo completamente distinto.

Pero también mujeres que no nacieron con el gen del instinto maternal han sido retratadas en películas diversas. Mamita Querida (1981) recoge la biografía de la famosa actriz Joan Crawford y está basada en el libro homónimo que escribió su hija, Christina Crawford. En el film, Faye Dunaway encarna a la protagonista, que vio su imagen seriamente afectada por esta cinta, ya que revela una personalidad dual. Por un lado, la celebridad reconocida y segura de sí, y por otro, una madre alcohólica y violenta que destrataba a su hija e incluso la obligaba a llamarla «mamita querida».

El personaje principal de Juno (2007) ni siquiera ha tenido tiempo de desarrollar instinto alguno. La actriz Ellen Page se pone en la piel de una adolescente de 16 años que queda embarazada de un amigo ingenuo y bonachón. Aunque primero considera abortar, luego se arrepiente y decide tener al niño para darlo en adopción. Ella misma elige a una joven pareja de profesionales, donde la potencial adoptante (Jennifer Garner) sólo sueña con convertirse en mamá. La sorpresa de esta exitosa película reside en que, sin banalizarlo, aborda el tema con mucho más humor que drama.

Una de las madres que pasará a la historia como de las más desagradables del cine es la que la actriz Mo`nique interpretó en Precious (2009), denigrando y sometiendo a todo tipo de abusos a su hija de 16 años, analfabeta y embarazada dos veces de su propio padre. Y otra progenitora sin dudas traumatizante es la de la mítica Psicosis (1960). Aunque no aparece físicamente, la madre del personaje principal, Norman Bates, está omnipresente y es fundamental para la trama por la incidencia que ha tenido sobre su hijo.

Cambiando el acorde de terror por uno de humor, lo mismo sucede en Edipo reprimido, el cuento dirigido por Woody Allen que forma parte de la película Historias de Nueva York (1989). Allí, el protagonista resulta cómicamente atormentado por su figura materna, quien se le aparece como una conciencia externa que juzga todos sus actos.

Y aunque no existe el Día del Hijo, algunos films se ponen del otro lado y muestran lo que se es capaz de hacer por una madre. La película alemana Good Bye Lenin (2003) se lleva todos los galardones en esa área al contar sobre un hijo que se atreve a cambiar la historia de su país con tal de proteger a quien le dio la vida.

Ausencia y distancia en los dibujitos

Dumbo es uno de los pocos films animados de Disney en donde la madre no está ausente, ni muere apenas comienza la historia. Por el contrario, en esta película de 1941, la figura materna muestra una veta protectora y corajuda. Cuando nace el bebé elefante Jumbo, todos se burlan de sus orejas enormes y lo apodan «Dumbo» (en inglés, dumb significa «tonto»). Al ver cómo se burlan de su hijo, la madre pierde la calma, lo que lleva a que el dueño del circo donde viven la encierre. El final, obviamente, es feliz, y la madre sobrevive sana y salva el resto de la trama. Otra muy recordada mamá de dibujito animado es la de Bambi, película que se estrenó en 1942. La escena de su muerte es antológica y se tornó de lo más citado de la cinta, ya que resulta demasiado trágica para una historia infantil.

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