“No estoy buscando a una madre, estoy buscando mis orígenes porque necesito saber quién soy”

Esta valenciana se ha convertido en el nexo entre dos caras de la moneda del mismo drama: las madres que buscan a sus hijos y los adoptados que tratan de descubrir sus raíces.

A los 13 años de edad la realidad de Susy Cabrerizo se desplomó al descubrir que era una de los tres millones de adoptados que hay en España. Nacida el 22 de octubre de 1971 en el Hospital de la Fe, esta valenciana ha emprendido una búsqueda sin descanso para averiguar sus orígenes y revelar la verdad que se esconde detrás de una adopción plagada de irregularidades. Amparada por leyes que no se cumplen, Susy ha encontrado en su camino numerosos obstáculos que le impiden descubrir quién es realmente. Por si fuera poco, el estallido del escándalo del robo de bebes que se produjo en España entre los años 40 y 90 no ha hecho más que incrementar sus dudas y despertar en ella la posibilidad de ser también una niña robada. Uniendo su destino a la causa de las víctimas de los casos de niños robados, Susy se ha convertido en el nexo entre dos caras de la misma moneda del mismo drama: las madres que buscan a sus hijos y los adoptados que buscan sus orígenes. Como coordinadora nacional de una asociación de víctimas, esta valenciana reclama el papel de los adoptados como pieza fundamental en la solución de esta trama de robos de bebés e insta a los padres adoptivos a decir la verdad para arrojar algo de luz sobre este drama nacional.

El mundo de Susy Cabrerizo se vino abajo cuando su madre le reveló que no era su hija biológica sino que había sido adoptada. “Cuando me entere lo pasé muy mal porque de repente te cambia todo el concepto de tu vida y necesitas saber quién eres y de dónde vienes”, explica esta valenciana de 40 años. Subraya que a los adoptados no hay que esconderles jamás su condición porque “estamos hablando de personas que deben saber la verdad”.

Este descubrimiento despertó en Susy la necesidad de conocer sus orígenes, investigar y averiguar pero nunca imaginó que el camino estaría lleno de obstáculos. Comenzó a recopilar documentación como el legajo y la partida de nacimiento, la partida de bautismo o la escritura de adopción, sin embargo sus sospechas no hicieron más que incrementarse al descubrir una serie de irregularidades tras su adopción. En primer lugar los apellidos de su madre biológica jamás figuraron en su escritura de adopción, no se respetó el plazo que transcurre hasta la adopción plena para dar la posibilidad a la madre biológica a arrepentirse y tratar de recuperar a su hija, además en su legajo de nacimiento tampoco aparece el nombre de su madre sino “madre desconocida”.

La madre adoptiva de Susy, que la está apoyando en su búsqueda así como el resto de su familia, explicó a Susy que ellos no tuvieron que hacer nada a la hora de adoptar, que de todo el papeleo se encargó una amiga de ellos, una ginecóloga llamada Maria Ángeles. “Esta doctora les contó a mis padres que había convencido a una chica que quería abortar para que no lo hiciera y entregara a su bebé en adopción, pero claro ya no puedes creerte nada. Esta mujer no era trigo limpio, de hecho investigando, porque al final te conviertes a la fuerza en detective, descubro que tenía varios pisos donde ayudaba a chicas que ocultaban sus embarazos y que además cuando nací ella ya no trabajaba en el Hospital de la Fe”. A pesar de su insistencia Susy jamás logró que esta ginecóloga dijera la verdad. “Le pregunte en varias ocasiones a esta ginecóloga y no le dio la gana decirme nada hasta que se murió y se llevó su secreto a la tumba”, lamenta.

El mayor obstáculo en su búsqueda lo encontró en el Hospital de la Fé a la hora de solicitar su historial clínico y se encontró las puertas cerradas a pesar de que el artículo 12 de la Ley 54/2007 garantiza el derecho de los adoptados a conocer sus orígenes biológicos. “No entiendo que haya una ley que reconoce mi derecho a conocer mis orígenes y no se cumpla, el hospital me dice que no es posible por la Ley de Protección de Datos y entonces de qué sirve la ley que me ampara como adoptada”, se pregunta. “Están jugando conmigo al tenis conmigo pero literal: del hospital me mandan al juez porque sin una orden judicial no me lo van a dar, el juez dice que no es competencia suya sino del Ministerio de Sanidad y así de un lado al otro”. Por ello, está preparando una demanda voluntaria contra Sanidad para que se cumpla, sus derechos reconocidos en la Ley de Adoptados.

La certeza de que algo extraño había detrás de su adopción, un proceso plagado de irregularidades, secretos y obstáculos fue en aumento y más cuando comenzaron a surgir en los medios de comunicación los primeros casos de víctimas de robos de bebés en hospitales y clínicas de toda España, sobre todo a partir de que la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares presentara una denuncia conjunta de 261 víctimas ante la Fiscalía General del Estado. “Cuando empezaron a surgir todos estos casos se me abrió el cielo y pensé que igual yo podría ser una niña robada también, ya había pasado por todas las fases para aceptar mi condición de adoptada y ahora tenía que enfrentarme a otra inesperada: la posibilidad de ser una niña robada. Con tanta irregularidad en mi adopción ya no podía estar segura de nada de lo que nos habían contado a mi y a mi familia fuera cierto”, asegura Susy.

En su cruzada para que se haga justicia, Susy unió su causa con la de las asociaciones de bebés robados entrando en contacto con otras víctimas y afectados y se involucró tanto que actualmente es la coordinadora nacional de ANADIR.  “Es alucinante cada día se incrementa el número de víctimas y afectados, recibo más de 40 correos todas las semanas de nuevos casos de niños robados, una avalancha que no deja de crecer a medida que vamos apareciendo más víctimas en los medios de comunicación para contar nuestros casos”. Por ello, decidieron fundar un blog, donde incorporan los datos de los casos que reciben ordenados cronológicamente y territorialmente, así como consejos a posibles afectados y adoptados sobre los documentos que deben solicitar, pasos a seguir en caso de un encuentro o asesoramiento legal.

“No se están produciendo encuentros”

A pesar de que el número de casos no deja de aumentar y de que las asociaciones trabajan con tres laboratorios de ADN, Susy se muestra muy sorprendida de que no se están produciendo encuentros entre madres e hijos. “No lo puedo comprender, no se qué tenemos que hacer o qué es lo que no estamos haciendo porque la verdad es que no nos estamos encontrando”, lamenta.

Involucrada en la causa de los niños robados pero sin olvidar su condición de adoptada, Susy reivindica el papel de los adoptados como pieza clave y parte de la solución de este horrible tráfico de seres humanos que se produjo en España. “Somos tres millones de adoptados y muchos de ellos ya se están comenzando a mover para descubrir la verdad y es necesario porque sin ellos es imposible solucionar todo esto”. Susy explica que hasta ahora se ha hecho mucho hincapié en las madres a las que les arrebataron sus bebés pero considera que no se está prestando la debida atención a la otra parte, a aquellos niños que trataron como mercancía. “A las madres les robaron un hijo y me pongo en su lugar y es durísimo pero a nosotros nos robaron una vida, a nosotros fueron los que nos vendieron e hicieron lo que les dio la gana. Yo tengo suerte y acabe con una familia buena que me quiere y me apoya, pero mira en qué términos hablo suerte, no es justo”, subraya Susy.

Por todo ello, esta ciudadana valenciana invita a todos los adoptados que tengan cualquier duda a movilizarse en busca de sus orígenes. Para que este paso se produzca, Susy incide en la importancia de que los padres adoptivos hablen y digan la verdad a sus hijos, ya que muchos no tienen ni idea de su condición y también está la problemática de todos aquellos niños que fueron inscritos como hijos biológicos sin serlo. “Los padres deben hablar porque no existe ninguna lista de las adopciones que se hicieron y creo que la justicia debería encontrar alguna forma de obligarles a decir la verdad, claro muchos de ellos habrán muerto llevándose a la tumba el secreto de sus hijos”.

Susy reitera que el papel de los adoptados en la causa de los niños robados es fundamental y explica que muchos de ellos están actuando junto a Santiago González, fundador de adoptados.org, en la creación de la Fundación Adoptados para reivindicar que ellos también deben estar presentes en las reuniones y conversaciones con el Gobierno como parte y solución de esta trama de tráfico de personas.

“Yo no busco una madre”

Susy explica que las asociaciones están trabajando mucho en hacer entender a las víctimas de bebés robados que la mayor parte de los adoptados no están buscando una familia sino sus orígenes y “esto es algo que deben entender las madres que están buscando a sus hijos porque pueden sufrir un golpe muy duro”, afirma “Yo no busco una madre sino lo que quiero es descubrir mis orígenes y saber quién soy y de dónde vengo, yo ya tengo una madre y que alguien me diga que la mujer que me ha cuidado toda mi vida y me lo ha dado todo no lo es”. De hecho, ella está segura de que si algún día se encuentra con su madre biológica no podrá tener hacia ella un sentimiento afectivo de primeras porque estará ante una persona totalmente desconocida. “Para mí será un shock y tendré que ponerme en manos de profesionales que me ayuden a asimilarlo para sufrir lo menos posible”.

Apuesta por los encuentros progresivos en estos casos y especialmente en la figura del mediador porque jamás se le ocurrirá si se entera quién es su madre “ir a su puerta a llamar y presentarse como su hija”. “Yo no soy nadie para irrumpir en la vida de una señora que igual ha rehecho su vida sin decir a nadie que tuvo un bebé, yo no lo voy a hacer pero tampoco quiero que me lo hagan a mí”, señala.

Susy considera que otras soluciones a este drama serían las exhumaciones, comprobar si efectivamente los hijos supuestamente muertos de las familias que denuncian descansan de verdad dónde les han dicho, porque recuerda que ya ha habido varios casos en que los nichos estaban vacíos. Reclama que “se de vía libre a las exhumaciones y si el problema es el dinero que se empiece por una tumba y cuando se acabe por la siguiente pero que se haga algo ya”. También, cree que el Estado debería facilitar a las víctimas la realización de las pruebas de ADN, aunque si sólo se hace a aquellos que han denunciado no tendrá mucho sentido, ya que recuerda que las asociaciones tienen sus propios laboratorios y no se están produciendo prácticamente encuentros.

Hace hincapié en la necesidad de que el Estado proporcione a las víctimas ayuda psicológica porque “hay muchos afectados pasándolo mal”. “Nuestra vida gira de pronto sobre esta búsqueda de la verdad, no tenemos otra cosa en nuestra cabeza y es muy duro. Hay gente que está tomando pastillas para poder dormir, yo me he tirado un año durmiendo entre 3 y 4 horas enganchada a internet porque necesitaba saber, necesitaba descubrir y eso me ha traído problemas con mi familia. También, he estado el último año llorando escuchando historias de las víctimas como coordinadora de Anadir, yo puedo orientarles pero no soy psicóloga, necesitamos ayuda”, explica. Además, reclama oficinas de atención a las víctimas en cada provincia porque no ve normal que tenga que atenderlas en su propia vivienda porque el Estado se desentienda de un problema que no supo controlar en su momento.

Susy aplaude la celebración del primer encuentro de asociaciones de afectados por el robo de niños y de asociaciones de adoptados que tendrá lugar el próximo 16 de junio en Madrid y al que han confirmado su asistencia más de 20 organizaciones. Esta reunión  servirá para que las víctimas pongan en común sus experiencias, necesidades y reivindicaciones fijando propuestas consensuadas para trabajar de manera conjunta y unánime para que su causa se escuche alto y claro y no caiga en el olvido.

La coordinadora nacional de ANADIR agradece a la mayor parte de los medios de comunicación su papel en que la causa de los afectados del robo de bebes haya sido dada a conocer no sólo a la mayor parte de la sociedad española sino también en el extranjero. “Gracias a la televisión y la prensa nuestra causa no ha caído en el olvido y ya casi todo el mundo sabe de qué estamos hablando”. Susy lamenta que ciertos medios hayan tratado de aprovecharse de su drama para imprimirle amarillismo y tratar de aumentar sus audiencias.

No hay derecho en que Telecinco hiciera lo que estaba haciendo con nosotros, somos víctimas y no puede cuestionar nuestras historias ni sentarnos junto a personas mal informadas, por eso hemos decidido frenarle los pies a este tipo de programas y no acudiremos y si lo hacemos será siempre sabiendo de antemano con quién nos van a sentar y que no se nos va a cuestionar”, sentencia.

“Es la hora de exigir explicaciones y responsabilidades”

Subraya todo lo que han avanzado las víctimas en poco más de un año hasta el punto de celebrar reuniones periódicas con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón aunque cree que todo va muy lento y es necesario que se empiecen a exigir explicaciones y actuaciones. En primer lugar, no entiende por qué cada fiscal actúa de manera diferente: “Cada uno interpreta las leyes como quiere, parece que los fiscales de este país han estudiado carreras diferentes y luego está la figura del Fiscal General del Estado para qué sirve si no es capaz de determinar un procedimiento común para todos nuestros casos”.

Por otro lado, afirma que hay que exigir responsabilidades a los hospitales y a los cementerios. “No soy capaz de entender por qué no dejaban ver a sus familias a los bebés que supuestamente morían, me parece una falta de respeto, y encima si te ponías muy tonta te enseñaban un feto congelado que a saber si era tuyo. No entiendo esa forma de trabajar de los hospitales de este país porque ese procedimiento es el denominador común de todos los casos”, denuncia. “Ni siquiera les dejaban enterrar a sus propios hijos”, continúa, “los hospitales se encargaban de organizar todo el tema del entierro, qué pasa que las cosas eran mejor antes porque ahora tienes que enterrar a alguien y te cobran casi 6.000 euros”, sentencia.

Susy también reclama que se pidan explicaciones a las congregaciones religiosas que “hicieron lo que les dio la gana” en todo el territorio nacional. “Las monjas en vez de hacer su trabajo y ayudar a esas mujeres que acudían a ellas en busca de ayuda, las coaccionaban y les arrebataban sus bebés sin pensar en ningún momento en que esos niños algún día crecerían y la cantidad de barbaridades que podían suceder como casos de incestos o problemas psicológicos”, lamenta indignada.

La coordinadora nacional de ANADIR advierte de que las víctimas no se van a rendir en su cruzada porque se haga justicia y se aclare la verdad. “Es hora de cambiar los términos y hablar con propiedad, no pueden decirnos que los delitos están prescritos estamos hablando de secuestros no de robos, no me robaron porque no soy un coche ni tampoco esto está prescrito porque sigo queriendo saber quién es mi familia biológica y tampoco soy un recibo que haya prescrito”. Por último, se muestra confiada en que poco a poco comenzará a arrojarse algo de luz en esta terrible trama que se produjo en España durante casi medio siglo y avisa de que  “por el momento sólo hemos visto la parte superior de este iceberg porque cuando comience a salir toda la verdad se descubrirán una gran cantidad de barbaridades que se cometieron impunemente”.

Luis Villajos

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