Diagnóstico: sólo es un niño

Profesionales de la salud, educación y servicios sociales debatieron ayer sobre la medicalización y la domesticación de la infancia · La jornada estuvo marcada por las teorías del psicoanalista Jacques Lacan

Un centenar de psicoanalistas de orientación lacaniana se dieron cita ayer en Sevilla con motivo del tercer fórum Lo que la evaluación silencia: la infancia bajo control, un encuentro internacional e interdisciplinar donde distintos profesionales -de la salud, educación y servicios sociales, junto a padres, filósofos y escritores- interesados en la infancia y la adolescencia, y en los abordajes que se dispensan a sus malestares se reunieron para debatir. El fin es hablar y comprender, uno de los principales pilares de la escuela de Jacques Lacan.

Los cerca de 400 participantes pretenden comprender cómo es posible que, en la actualidad, muchos niños y adolescentes sean rehenes de una propaganda falsamente científica que los estigmtiza y medica como si fueran futuros delincuentes o enfermos presintomáticos.

«Antes, las travesuras, no atender o moverse en clase, en definitiva, salirse del molde, eran las cosas propias de la infancia. Hoy no existen niñas y niños malos o traviesos, son hiperactivos. Se les cataloga, etiqueta, como que padecen trastornos. Cada vez hay más trastornos. Si seguimos así corremos el peligro de convertir la infancia en una enfermedad, en un trastorno. Lo mismo ocurre con los adolescentes», cita desde la organización del fórum Magdalena López.

En la misma línea, el pediatra Juan Gil Arrones, del Hospital de Valme habla de un consumo excesivo de salud. «Hay padres que por un simple episodio febril consultan hasta cinco veces al médico». El miedo, la angustia y la ansiedad de los padres de hoy ante el sufrimiento de sus hijos es la principal causa, según el doctor Gil, del incremento de la presión que reciben los médicos para medicar a los menores. «Existe un aumento de la asistencia hospitalaria por casos que no lo merecen», continúa Juan Gil. «En el último año se dispensaron en Sevilla más de 75.000 estilsonas a niños menores de cuatro años. Esto es una barbaridad. Qué nos pasa a los médicos. Los corticoides y los broncodilatadores pueden, a la larga, causar problemas en el desarrollo del niño». El doctor sentencia: «La fiebre no hay que quitarla, sólo controlarla; y en la mayoría de los casos se puede tratar con medios físicos, evitando así los fármacos». Pero, ¿existe algún interés por parte de los hospitales o de los laboratorios para que los facultativos prescriban cada vez más medicamentos? Según Juan Gil, no.

La domesticación de la infancia fue otro de los temas que se debatió. Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, y el matemático Carlo Frabetti llevaron la voz cantante sobre este asunto. Así como el psicoanalista catalán Enric Berenguer y la psicóloga madrileña Mª Ángeles Cremades versaron sobre los niños autistas.

Los psicoanalistas de orientación lacaniana, con una formación que les mantiene a distancia de los ideales de normalización, han convocado este fórum -donde estuvo presente la hija de Jacques Lacan, Judith Miller- para reintroducir la casualidad psíquica en los lugares de los que ha sido expulsada. «Siempre hemos molestado. Nuestro discurso no indica qué hay que hacer, no tenemos la píldora mágica. Uno tiene que poner de su parte. Nosotros apelamos a la responsabilidad subjetiva», señala Carmen Cuñat, presidenta de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis en España. «Cada vez más se somete a los niños a evaluaciones, sin darles la opción a hablar. Se sigue un protocolo, un guión inamovible, y los padres tienen miedo a imponerse. Desde el psicoanálisis le damos la palabra al que no tiene voz».

El discurso científico y el capitalista son sus principales frentes. Siguiendo a Carmen Cuñat, el fin es rebatir estos dos discursos y llamar la atención de la población.

Cristina Díaz
www.diariodesevilla.es

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