Sentimientos contradictorios

Me sigue sorprendiendo cuánto silencio hay en muchos adultos adoptados/apropiados, y en madres que han entregado a sus hijos también.

Cuánto sufrimiento, cuánta dificultad para poner en palabras… tristeza, nostalgia, dolor, bronca… Una mezcla de sentimientos que van y vienen. Y así como me sorprende, también estoy cada vez más convencida que la única manera de poder sanar es poder dejar ese silencio. Es poder compartir con otros lo que nos sucede, ponerle nombre a las emociones. Poder reconocerlas para poder cambiarlas o controlarlas al menos. Para que no nos dañen más.

Este es el camino que vengo haciendo desde hace ya 3 años… Un camino de reconocimiento que tiene como mayor desafío y mayor recompensa el conocerme a mí misma y también, el de poder ayudar. Porque en la medida que ayudo a otro que pasa por la misma situación me fortalezco. Y muchas veces la ayuda se trata sólo de escuchar, de leer las historias, de compartir, de que el otro sienta que uno acompaña y comprende. Reparar es darse cuenta de que uno no está solo. Saber que lo que nos pasa no es irracional y que puede ser un gran alivio dejarlo fluir sin sentirse culpable por ello.

En la actualidad, estoy leyendo un libro muy interesante de la autora Sherrie Eldridge (mujer adoptada que buscó y encontró sus origenes biológicos). El libro se llama «Questions adoptees are asking», y en él explica que uno de los escollos que debemos superar los adoptados es la «disonancia cognitiva», sentimientos contradictorios que se producen como resultado de la pérdida original. Esto ocurre cuando este trauma del inicio se dispara por algún motivo en nuestra vida presente. A continuación quiero compartir a grandes rasgos la enunciación de algunas frases que (según la citada autora) pueden disparar en el adoptado estos sentimientos contradictorios:

1) «Tu madre biológica te amaba tanto que te entregó a nosotros» (Confunde al niño que le digan que su madre no se quedó con él porque lo amaba. Lo hace sentir responsable del percance que le ocasionó. Lo hace sentir culpable por estar triste, o sentirse mal por haber sido abandonado.)

2) «¡Fuiste elegido!» (Se niega con esta frase la existencia de padres biológicos, de una historia previa)3) «Pensá en lo positivo» (La gente no reconoce que la adopción supone también una pérdida, no considera el efecto que tiene en el niño. Algunos adoptados nunca verbalizan el aspecto negativo, sólo asienten por lo «afortunados» que son de tener padres adoptivos tan maravillosos que los salvaron del abandono. Tanto énfasis en lo positivo no da lugar a sentimientos negativos. Como resultado, nunca se valida lo negativo -la tristeza por haber perdido la flia. de origen, etc.-)

4) «Sos ilegítimo» (la palabra ilegítimo se traduce para muchos adoptados como «no tenés derecho a estar vivo», lo cual, por supuesto, es un error)

5) «Sos especial» (Algunos padres adoptivos lo usan en un intento por confortarnos. Para algunos puede ser positivo pero para otros adoptados puede significar:

-los de afuera tienen grandes expectativas con respecto a nosotros
-debemos probar que somos valiosos con excelencia
-no somos como el resto de la familia, somos diferentes
-¡Actúa!
-Sé perfecto
-Conforma, conforma, conforma
-No está bien ser sólo uno mismo)

6) «Te amamos como si fueras nuestro» o «tenían dos hijos propios y adoptaron uno» (algunos adoptados no soportan la diferenciación entre hijos biológicos y adoptados)

7) «Vos pertenecés» (muchos adoptados sienten que no pertenecen totalmente a la familia. Se sienten aceptados pero no con el derecho absoluto a pertenecer. Una vez que conocen a su flia. de origen tampoco sienten que pertenezcan a ella)

El libro plantea entonces que lo importante es reconocer las emociones positivas y también las dolorosas como válidas y verbalizarlas.

Y yo, que estoy aprendiendo a hacerlo, doy mi testimonio de que hace mucho bien hablar, buscar… pero además hablar, para poder poner luz donde hay oscuridad. Porque cuando hay luz desaparecen los fantasmas.

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