¿Es lo mismo ser padres adoptivos que ser padres biológicos?

La mayoría de los integrantes de nuestra sociedad, considera que ser padres es una tarea relacionada con el deseo de tener un hij@ y con el amor; se piensa que con esto es suficiente para estructurar la paternidad, y se supone que quien tenga un corazón grande y quiera tener un hij@, tiene todo lo necesario para ser padres, biológico o adoptivo.

Efectivamente, la paternidad se relaciona con el deseo y con el amor, pero no solamente con eso; y si bien en este espacio no vamos a adentrarnos en las condiciones que deberían darse para desarrollar una paternidad biológica saludable, sí vamos a mencionar algunas de las particularidades que tiene la paternidad adoptiva.

Aunque sistemáticamente escuchamos de las personas o parejas que se inscriben en el Registro Único de Adopción reclamos como: ¿por qué nos exigen tanto?……a los padres biológicos nadie los estudia y sin embargo muchos no merecen ser padres, se duda de nuestra capacidad para ser padres, los padres biológicos no tienen que pedir permiso… etc. reafirmamos que LA PATERNIDAD ADOPTIVA NO ES IGUAL QUE LA PATERNIDAD BIOLÓGICAsi bien tienen muchísimas similitudes, también hay vivencias (individuales, familiares y sociales) que son únicas de la paternidad adoptiva, y que hacen que para ser padres adoptivos no alcance sólo con el deseo de tener un hijo.

Citaremos sólo 3 de las experiencias que le son propias:

1)- TRANSICIÓN HACIA LA PATERNIDAD O MATERNIDAD   ADOPTIVA

Las personas o parejas que deciden adoptar, generalmente vienen de recorrer muchos años de tratamientos médicos, frustraciones, exposición física y emocional buscando el hij@ biológico. Esta exposición no es sólo individual, sino que también involucra a parientes y amigos que, aún con la mejor de las intenciones, son factores de presión. La pareja vivirá momentos difíciles y dolorosos al enfrentarse a la realidad de su esterilidad, y es imprescindible que la elaboren y la asuman para encaminarse a una adopción saludable.

Quienes deciden adoptar, ingresan a un mundo de mitos sociales en donde generalmente hay alguien (familiar, amigo, vecino, compañero/a de trabajo) que le inyectará temores y fantasías que generan ansiedades. Muchas veces, esto les hará tomar contacto con la motivación para ser padres (¿por qué y para qué quiero ser padre/madre?), y si se fortalece en ellos el deseo de construir una familia con bases sólidas y transparentes, ingresarán al sistema judicial en donde deberán cumplimentar requisitos administrativos, tendrán que tolerar ser observados por técnicos en su vida privada, ”y algunas veces toman contacto conciente por primera vez de sus miedos, fantasías, prejuicios, discriminaciones y deseos profundos.” (Fraidenray,Judit. EIA. 2003)

2)- ELABORACIÓN DEL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA

Cuando se trata de un hij@ biológico, ese sentimiento se elabora de manera natural; el niñ@ o el bebé va creciendo lentamente en el interior de la madre. Una vez que nace, no conoce otro contexto de crecimiento habitual que el de su familia, por lo tanto nada más natural para los padres que sentir que aquel es su hij@, y nada más natural para el niñ@, que sentir que aquellos son sus padres.

 En el caso de la adopción, este sentimiento de pertenencia no puede darse por hecho. Este sentimiento de pertenencia debe ser construido, elaborado, y es más sencillo cuanto más pequeño sea el niñ@. Los padres adoptantes, de repente se encuentran con un ser que ya está en el mundo, que ha pertenecido a una mujer antes que ellos (progenitora), que tiene una parte su historia inaccesible para ellos, y con quien no encuentran continuidad física (parecido).

3)- LA COMUNICACIÓN A PROPÓSITO DE LA ADOPCIÓN

Tiene que ver con lo que se le va a decir al niñ@ sobre su origen, sobre la adopción, cómo se le va a decir, cuándo, con qué frecuencia, con qué reiteración.

Al respecto, nos parece importante hacer hincapié en que el conocimiento de su origen no forma parte de la preferencia de los padres; forma parte de los derechos del niñ@; todos tenemos  derecho a saber de nuestra historia, de dónde   venimos, y los niñ@s adoptados no son una excepción a esta norma.

Por estos motivos (y por muchos más que se irán desarrollando en futuros Boletines) creemos firmemente que el deseo de tener un hijo; el ser bueno; afectuoso y con una situación económica holgada; no garantiza que una persona esté en óptimas condiciones para asumir una paternidad adoptiva.

Tal como lo expresa el documento del Servicio Social Internacional (SSI), Derechos del niño y Adopción nacional e Internacional», tomado del Convenio de La Haya sobre adopción de 1993, arts.5 y 15, … La adopción tiene como objetivo brindar a un niño que haya experimentado situaciones traumáticas (siendo una de ellas la imposibilidad de su familia de origen para cuidarlo) y que sea a veces portador de diferencias con la sociedad que lo acogerá, la familia más adecuada para satisfacer sus necesidades. Por lo tanto es preciso reconocer previamente la idoneidad de la familia adoptiva para garantizar, de manera duradera, la protección y el respeto de un niño que ya ha vivido un abandono. En tales circunstancias, es preciso realizar un estudio psico-médico-social de esta familia antes de iniciar el proceso de adopción».

Afirmamos que no es suficiente no tener patología mental, ni cuadros psicopatológicos graves para lograr desempeñar la paternidad adoptiva. Renunciar al hij@ biológico, al hij@ ideal y dar el espacio para la entrada y aceptación de unhij@ adoptivo, diferente, real y desconocido en su origen es un proceso complejo que requiere poner en juego recursos personales, de pareja, familiares y sociales.

Lic. Gonzalo Valdés

Trabajador Social del Equipo Interdisciplinario de Adopción

RUA Mendoza

Boletín Informativo Nº 7

www.jus.mendoza.gov.a

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