De la fecundación asistida a la adopción

En un sentido auténticamente humano, padres son quienes educan y guían al niño, asumiendo no sólo la responsabilidad de su crianza, sino también la de introducirlo en el mundo, transmitiéndole conceptos y valores.

El deseo de tener un hijo puede verse cumplido de distintas maneras, ya sea mediante la concepción en el marco de una relación sexual con la pareja, a través de la fecundación asistida o al optar por la adopción. Cada miembro de la pareja elaborará a su  modo conjunta o separadamente, la situación por la que atraviesan.

La parentalidad hoy está signada no solamente por los cambios en los roles de género tanto en el varón como en la mujer, sino también por los avances en la reproducción asistida.

Todos los cambios en las organizaciones familiares, que estamos transitando no son obstáculos para reconocer a la familia como el único valor necesario, que todo niño necesita para construir su identidad y con adultos que le garanticen su cuidado, amor y sostén.

El nacimiento del niño no puede reducirse a su dimensión biológica producto de la ciencia o de la técnica. La historia de cada sujeto se construye en su acontecer singular. El ser humano en cuanto sujeto es único en su singularidad, en su historia, en la historia también de su salud o enfermedad, en la historia de sus relaciones.

Este hijo será concebido cuando desde los futuros padres es pensado y simbolizado como aquel posible, ubicándolo en la cadena generacional. El aporte genético, nada nos dice acerca del deseo de ser madre o padre, pues desde antes del nacimiento del hijo, la maternidad – la paternidad se va construyendo. Es importante el lugar y el significado que a ese niño le otorgaron sus padres, pues lo que constituye al niño es haber sido deseado por ellos, quienes a través de la función materna – paterna, le facilitará el crecimiento, la individuación.

Paternidad y adopción van juntas ya que genitores y no genitores adoptan a sus hijos reconociéndolos, educándolos. Es decir que hablamos de la paternidad adoptiva, de adopción simbólica, sea este hijo biológico o adoptivo.

El deseo de tener un hijo, identificarse con él y con los roles, requiere de aprendizajes, de reordenamientos; duelos por el hijo fantaseado que no coincide con el real, con el padre o la madre que también se soñó ser.

Cuando la pareja no puede concebir, la situación de duelo, de pérdida, es de alto valor afectivo, aunque no haya habido una pérdida concreta. Implica el reconocimiento de la pérdida de una función considerada desde la niñez como relevante y en cada sujeto estarán presentes manifestaciones tanto en lo físico como en lo psíquico.

El contexto familiar y social facilitará o no el aceptar y el atravesar de manera diferente, las dificultades que les toca transitar. Tomaremos en cuenta la potencialidad de recursos que tiene la pareja para enfrentar las diversas fuentes de malestar, las características de la misma, la estructura de personalidad, qué significa para la mujer o el varón no poder concebir, las actitudes frente a la sexualidad, los valores, los mitos, las influencias psicosociales transmitidas por los padres.

Un recurso que las parejas de hoy día tienen con los avances científicos son las técnicas de reproducción que ofrecen expectativas en el campo reproductivo, con la posibilidad de alcanzar ideales produciendo cambios no sólo en las parejas sino también en nosotros mismos.

Cada pareja procesa el acontecimiento de manera singular.

Puede vivir esta situación como fracaso, como obstáculo, o como una posibilidad de elaboración, para que halla un espacio de filiación.
La repercusión psicológica no deriva de la realidad fáctica sino de su interpretación. Lo traumatizante no es el acto médico sino lo no simbolizado, la inundación de estímulos que no se procesan.

Hay parejas que ante las dificultades para lograr el embarazo se eternizan en tratamientos médicos, donde transforman la búsqueda en una pasión, la vida se estanca en la espera y cuando deciden adoptar, ya las condiciones evolutivas no responden adecuadamente a las posibilidades de maternidad – paternidad.

Hay otras que ante la falta de embarazo recurren inmediatamente al proyecto de adopción, es decir que sin tener un diagnóstico médico saltan por sobre el problema de la reproducción.

Otras parejas mientras están transitando por las técnicas de fecundación asistida con resultados aún negativos, deciden la posibilidad de comenzar los trámites de adopción.

Hay parejas que después de una adopción deciden por las técnicas de fecundación asistida.

La posibilidad de decidir por un procedimiento de técnicas de reproducción implica una esperanza para la pareja pero también incrementa la tensión en cada uno de ellos, con una demanda física y emocional. Lo íntimo se transforma en público por la participación del equipo médico.

En reproducción por donación se anhela el embarazo y la continuidad genética de uno de los progenitores. Uno de los miembros de la pareja es el progenitor, el otro renunciará a serlo.

En donación de semen el varón queda excluido del proceso de gestación, con sentimientos de extrañeza y exclusión.
En donación de óvulos, la madre gestante recibe el óvulo de otra, lo piensa como aquel que está gestando y lo reconocerá como hijo por haberlo deseado.

En fecundación con donante muchas veces el hombre teme que su mujer no los reconozca luego como padre del hijo. Este niño tendrá rasgos familiares de su madre y características genéticas del donante.
Los sentimientos hacia el donante dependen de la historia de cada uno de los miembros de la pareja.

El consentimiento de la donación no es equivalente a paternidad dado que ser padre no es aceptar la donación y la consecuente inseminación a su mujer. Puede consentir y después no reconocer la paternidad – filiación.

La adopción es un modo diferente de acceder a la maternidad y paternidad sin pasar por la reproducción. Permite la posibilidad de formar una familia que no está sostenida en vínculos biológicos. Los procesos de adopción en edades tempranas se asemejan a una familia constituída desde sus inicios aunque la discontinuidad biológica la hace diferente.

Transitar desde el deseo de una adopción temprana a una adopción de niño grande requiere de un proceso elaborativo. Algunas parejas tienden a privilegiar la unión de lo hereditario con el hijo, autoexcluyéndose en su función de padres, no favoreciendo el proceso de continuidad entre lo biológico y la adopción.

Puede ocurrir una situación que implique que los padres adoptantes se culpabilicen con dudas e incertidumbres en relación al despliegue de su función materna – paterna; uno de los ejes de esta situación está relacionado con la no resolución del conflicto entre la posibilidad de concebir y su deseo de adopción. El modo en que se signifique el origen en la mente de los padres repercutirá en la legitimidad y legalidad psíquica de sus funciones parentales. Para el buen desarrollo paterno – filial se tomará en cuenta la diferenciación de las funciones paterno – filial, la diferenciación sexual, la diferenciación generacional, la asimetría.

Tanto en adopción como en fecundación con donante, la maternidad – paternidad, la filiación aparecen cuestionados. La pareja se pregunta si el niño que fue gestado a partir de las técnicas de reproducción, se lo va a diferenciar de aquel que nació como producto de relaciones sexuales. Surge el temor a no poder identificarse con el niño, a las diferencias físicas, a no reconocerlo como hijo y a las fantasías de ser rechazado por el hijo y de rechazar al mismo.

Es notable observar la persistencia en la búsqueda del parecido físico y la necesidad de identificar algo del bebé con ellos.
Aparecen temores en relación a enfermedades hereditarias, fantasías en relación a la información, al abordaje del modo en que fue concebido el hijo y también temores en relación al reclamo de donantes o de progenitores, si se trata de una adopción.

En fecundación asistida con donante, una pregunta que la pareja realiza es si van a conocer la identidad del donante para luego qué, cuándo y cómo informar al niño.

Qué lugar en el psiquismo y qué significación se le otorgará  al material biológico donado anónimamente por otro ser humano. ¿Habrá pactos de silencio en la pareja, con una alianza secreta entre ambos?

En adopción entenderemos el valor que le dan los adoptantes a la vida intrauterina del hijo, a los códigos tempranos, a las experiencias prenatales de su hijo con la madre gestante. Como todo ser humano, este hijo fue concebido por un hombre y una mujer, que creció dentro de su panza, le dieron vida pero no pudo ser criado por ellos. ¿Qué fantasías y sentimientos generan en la pareja de padres los progenitores?

Cuando presentan temores permanentes a ser abandonados por sus hijos, confunden la inquietud y el deseo que tienen sus hijos de saber sobre su origen con la acción de abandono concreto.

Todo ser humano está involucrado en la búsqueda de su verdad, de su historia. La historia es la recuperación de la singularidad de cada ser humano. La verdad tiene un valor estructurante del psiquismo y es deseada inconscientemente por el niño quien reclama saber sobre su origen.

El niño integrará lo que le cuentan con sus propias fantasías. En la historia que cuentan los padres, entran en juego sus propias significaciones en función de sus propias historias.

Los ocultamientos familiares retornan produciendo efectos tanto en los padres como en la familia en general.

Los padres eligen incorporar el sentido de la verdad.

La verdad es producto de una construcción simbólica. El origen será resignificado, quitándole el peso estigmático de soy adoptado, soy hijo de la ciencia, soy hijo de la probeta.

Algunos intentarán ir a la búsqueda de datos, otros no lo desearán. Integrar, construir, simbolizar aspectos de su historia le van dando sentido a su identidad.

El gestar un hijo con óvulo o con semen de donante así como el recibir a un niño por adopción está provisto de significaciones tanto para el hijo como para los padres y para la familia ampliada y cobrará presencia a lo largo de su historia en cada uno de ellos.

Prevención ¿Qué se toma en cuenta?
El deseo de maternidad – paternidad.
El duelo por la esterilidad.
Cómo abordan los padres el modo en que fue concebido el hijo.
Ansiedad y temores que genera el futuro hijo.
Fantasías y temores en relación al reconocimiento como madre – padre del hijo.
Temores a la herencia física y emocional.
Fantasías y sentimientos que la donante o el donante genera en los padres y si es adopción las fantasías y sentimientos que generan los progenitores en la pareja de padres.
Sentimientos de deuda, que los lleva a realizar conductas reparatorias hacia los hijos.
Temores en relación al reclamo de los donantes o al reclamo de los progenitores.
Fantasías de apropiación por parte de los padres.
Información.

Toda esta temática requiere de equipos interdisciplinarios, con un abordaje conjunto integrador, con una comprensión bio-psico-social de la mujer, del hombre, del vínculo de dos seres humanos, en su singularidad, con el objeto de orientar, de anticipar.

Cada uno de los miembros de la pareja necesitará tomar contacto con sus concordancias y discordancias, construyendo una imagen favorecedora, de su fertilidad, sea ésta biológica o adoptiva.

Lic. Lidia Abraham de Cúneo

Ponencia presentada en las VII JORNADAS REGIONALES y IV JORNADAS NACIONALES INTERDISCIPLINARIAS DE ADOPCION 2010 organizadas por RUA Mendoza.

www.serfamiliaporadopcion.org

 

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