El tratamiento farmacológico no debería ser la primera opción para el TDA/H

Las áreas de Clínica y de la Educación del Colegio Oficial de Psicólogos de Navarra organizaron, recientemente, una sesión informativa para los colegiados y  profesionales de orientación educativa interesados en el TDA/H y el tratamiento a seguir.

En esta sesión, se presentó el documento “Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad (TDA/H). Consideraciones para iniciar o mantener un tratamiento con fármacos y sin ellos. 2013”, elaborado por Mikel Valverde, miembro del Grupo de Trabajo Niños y Adolescentes del COP Navarra, y que hace referencia al consentimiento informado de calidad.

Este es un documento informativo (del que aquí se ofrece un extracto), de reconsideración anual, para quienes tengan que tomar decisiones respecto a estos niños, o se interesen por ellos, teniendo siempre en cuenta que un documento no puede suplir al diagnóstico clínico.

Para realizar el diagnóstico TDA/H se considera el comportamiento del menor en tres áreas: movimiento, atención e impulsividad. Su diagnóstico es descriptivo (el diagnóstico es fruto de la observación de signos en esas áreas), sin necesidad de considerar el sentido de la conducta del menor. Este es un tipo de diagnóstico muy diferente al habitual en medicina, dado que no se realizan pruebas físicas.

El evidente gran incremento de menores con TDA/H en los últimos años no obedece a que existan hoy mejores medios para diagnosticar, sino que depende de factores extraclínicos.

Hay muchas guías de práctica clínica sobre TDA/H, que pretenden orientar a los clínicos. Entre todas ellas, sólo la Guía Española del Ministerio de Sanidad y Consumo considera que se trata de un trastorno neurobiológico. Ésta es una apreciación poco ajustada a los hechos, ya que los niños que llegan a ser diagnosticados provienen de problemáticas muy diferentes y su comportamiento puede tener variados sentidos. Este campo clínico vive un fuerte y extenso debate en todo el mundo sobre la condición TDA/H, y la forma de tratar a los niños que presentan este problema. Una parte de los profesionales psiquiatras y psicólogos opinan que si el niño ha sido diagnosticado con TDA/H, debe ser puesto en tratamiento con metilfenidato o atomoxetina.

Hay muchos tipos diferentes de psicoterapia que pueden ser útiles. Los psicoterapeutas analizan cada caso, encuentran los núcleos problemáticos e implementan técnicas que pueden ser diferentes en cada menor. Las psicoterapias que intentan encontrar el sentido al comportamiento del menor, empiezan por escuchar a éste y a sus familiares, recogiendo sus perspectivas y buscando recursos que puedan ayudar a superar las dificultades.

Diferentes orientaciones de las psicoterapias pueden ayudar a superar efectivamente el problema. La utilidad de procedimientos psicológicos está reconocida por publicaciones de prestigio, como la Guía de Práctica Clínica NICE de Inglaterra.

Los fármacos actuales tienen una eficacia limitada tanto en el alcance de sus beneficios, como en el tiempo que duran. Hay pruebas que indican que mantener el fármaco durante un tiempo prolongado, unos dos años, empeora el estado de los menores; teniendo éstos un desempeño peor en numerosas áreas que incluyen los estudios y la conducta. Además, es probable que aparezcan problemas indeseados, tanto físicos como de comportamiento, además de otros bien establecidos como un relevante aumento de la presión arterial y un importante declive académico. Asimismo, mantener el fármaco tanto tiempo no ha demostrado ser mejor que, incluso, terapias psicológicas ya un poco anticuadas.

En definitiva, y según los estudios actuales, el metilfenidato y la atomoxetina no son la primera opción de tratamiento para el niño que ha sido diagnosticado con TDA/H. La ayuda primera debe ser de tipo psicosocial o psicopedagógica, adaptado a las características propias de cada caso.

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