Cinco de cada cien familias adoptantes devuelven a los menores a la Administración

Expectativas idealizadas por parte de los padres y fallos en el proceso de evaluación previa, claves en los procesos fallidos.

La adopción permitió en 2012 la constitución de casi 200 familias en Galicia. Sin embargo, y a falta de datos oficiales, en torno a un 5% de los procedimientos iniciados acabaron en lo que los expertos denominan una «adopción truncada», es decir, con la devolución de la tutela del menor a la administración.

Se trata de una estimación realizada a partir de los datos de distintas asociaciones que trabajan en el ámbito de la adopción en Galicia, y que Ana Berástegui, doctora en Psicología por la Universidad Pontificia de Comillas y autora de numerosos estudios sobre rupturas en familias adoptivas, considera «nada descabellada» e, incluso, «baja». «En Europa, este porcentaje ronda entre el 8 y el 15%», indica Berástegui, que menciona también la existencia de «pseudorrupturas»: «familias que no están oficialmente rotas» pero en las que los padres únicamente «se encargan de los gastos» de su hijo.

Sea cual sea el número exacto de las adopciones frustradas, para la técnica jurídica de la asociación Mimo en Galicia, Ana Miramontes, «sólo» con que se produzca uno de estos casos ya «supone un fracaso», dada la «huella» que deja tanto en el menor como en sus padres. Renunciar a la custodia de un hijo adoptivo es como renunciar a «un hijo biológico», subraya Miramontes. Beatriz Caamaño, presidenta de Manaia, incide en que «un niño, adoptado o biológico, no se devuelve; se abandona».

Ángel Martínez, presidente de la Fundación de Apoyo a la Infancia y al Bienestar (Faiben) prefiere quedarse con que «más del 80%» de las adopciones «salen bien», aunque cada abandono es «terrible». «Para los niños es un abandono más», señala. La entidad que lidera se ocupa de las denominadas «adopciones especiales»: niños con problemas, mayores de 8 años o grupos de hermanos, es decir, aquellas que escapan a las preferencias habituales de los solicitantes.

Pese a que las familias conocen de antemano las características de estos niños y de que su asociación prevé un proceso de acompañamiento «muy largo» una vez el menor se instala en su casa, el nivel de abandono «ronda el 15%». Según sus datos, de los 26 menores que encontraron un hogar entre 2005 y 2011, cinco de ellos no concluyeron con éxito la integración familiar. La mayoría, precisa, durante el acogimiento preadoptivo y antes de que se formalizase legalmente el vínculo.

Paula Martínez, psicóloga del Centro de Atención Familiar e Infantil, aconseja a los padres «humildad» para «pedir ayuda» cuando detecten «cosas para las que no están preparados» y encuentra «fallos» en el proceso de evaluación. Alude a las «expectativas idealistas» que muchas veces mueven a las familias adoptantes y advierte de que quizá el proceso pondera demasiado la «motivación» de los padres en detrimento de sus capacidades para asumir el cuidado de un niño. «Y ellos tienen la idea de que el amor lo puede todo, y el amor es fundamental, pero a veces se necesitan otras cosas».

Europa Press
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