Consejos para el regreso a clases

El regreso a clases tiene para los niños diferentes significados y suscita en ellos, tanto emociones agradables como negativas. Conozca de qué manera puede ayudar a sus hijos a comenzar positivamente un nuevo año escolar.

El regreso a clases, tras las vacaciones, suele ser un suceso relevante para los niños. Generalmente hay expectación y ansiedad por el reencuentro con los compañeros, los útiles escolares nuevos y por el desafío que implica comenzar un nuevo año escolar. Sin embargo, en algunos casos, estas emociones se acompañan de angustia, miedo y/o estrés, debido a diversos motivos. Esto puede llevar a los niños a desarrollar síntomas o quejas físicas, entre los cuales se encuentran con mayor frecuencia, los malestares estomacales, diarreas, vómitos y dolores de cabeza.

Cuando el niño va por primera vez al colegio, el miedo puede ser absoluto ya que todo es nuevo y extraño. Los compañeros, los profesores y el colegio en sí son personajes y espacios desconocidos. A pesar de haber estado en el jardín infantil, el niño puede no saber exactamente lo que significa “ir al colegio”, pudiendo incluso sentir temor de ser abandonado en este nuevo lugar por sus padres. Por esta razón, la actitud de los padres al respecto es crucial para su adaptación a este escenario.

Otro motivo para sentir angustia o miedo, tanto en niños como adolescentes, es el reencuentro con aquellos compañeros que no caen bien o con los que hubo conflictos durante el año anterior.

Asimismo, el temor a las pruebas o la aversión al estudio, a la disciplina o a la presión ejercida, tanto por el colegio como por los padres, puede hacer que los niños y adolescentes se orienten negativamente hacia el regreso a clases.

Sea cual sea la situación que los lleve a tener emociones de este tipo, es importante saber cómo manejarlas para que la vuelta a clases tras las vacaciones sea lo menos traumática y lo más agradable posible.

En primer lugar, se recomienda que durante los días previos, comiencen a retomarse poco a poco los horarios que se deberán cumplir durante el año escolar. Tanto el de despertar y dormir, como los horarios de alimentación, estudio y ocio.

Se sugiere conversar con los hijos acerca del regreso a clases. Plantearlo como algo positivo y entretenido y preguntarles cómo se sienten al respecto. Es importante permitirles expresar sus expectativas y aprehensiones, orientándolas hacia una visión tranquilizadora, sin desconformarlos y con mucho respeto.

Revisar y marcar con ellos sus útiles escolares, enseñándoles a responsabilizarse por sus cosas, sin por ello, dejar de ser generosos cuando así lo deseen.

Establecer las rutinas diarias con anticipación, estableciendo los horarios de tareas y estudio.

Determinar un espacio en su habitación para poner un calendario, que puede ser elaborado en conjunto entre padres e hijos, para que vayan anotando las tareas y pruebas que se les van dando. Esto servirá muchísimo para que el niño vaya aprendiendo a organizar sus tiempos.

Se les debe otorgar la responsabilidad de dejar listo su uniforme y su mochila para el día siguiente, para evitar desórdenes y atrasos en la mañana, ya que éstos son la causa de muchos conflictos entre padres e hijos. Cuando se trata de niños muy pequeños, es recomendable que los padres ayuden a hacerlo, de modo que más adelante puedan seguir haciéndolo solos. Es muy importante que, desde pequeños aprendan a hacerse cargo de ciertas cosas y vayan desarrollando autonomía.

Para el regreso a clases, se recomienda además dejar disponible un tiempo suficiente para que los niños tomen un buen desayuno, idealmente sentados a la mesa y en familia (cuando esto es posible). Es aconsejable facilitar una adecuada nutrición, a través de colaciones naturales y saludables.

Desde el primer día del regreso a clases los padres deben estar atentos a cualquier cambio de conducta o actitud, ya que estos pueden evidenciar problemas o conflictos personales o que se estén suscitando en el colegio. En este sentido, cabe señalar la importancia de darles la confianza necesaria para que ellos expresen lo que les está pasando, evitando las críticas y tomando siempre en cuenta que sus problemas son para ellos tan importantes como para nosotros son los nuestros.

Finalmente, es elemental mantener durante el año la disciplina, vigilar los síntomas que puedan estar indicando problemas, conversar con ellos acerca de las materias, los compañeros y profesores, ayudarlos y orientarlos en lo que necesiten, estimularlos y felicitarlos frente a sus éxitos y ayudarlos a corregir sus errores para que aprendan de ellos.

Paulina Sallés

www.guioteca.com

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