Menos partos, más niños prematuros
En una sociedad en la que los partos descienden, los nacimientos de niños prematuros van en aumento. La edad de las madres y la reproducción asistida son las principales culpables, asegura el doctor Manuel Sánchez Luna, jefe de Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Al aumento progresivo de la edad de las madres que tienen su primer hijo y las técnicas de reproducción asistida hay que añadir los embarazos gemelares, «otro de los mayores causantes de prematuridad y un gran desconocido para la sociedad», señala el doctor Sánchez Luna.
La supervivencia de estos niños está claramente relacionada con la edad gestacional: cuanto menor es, mayor riesgo hay de no sobrevivir o de tener secuelas.
Y esto es «especialmente importante» antes de las 26 semanas de gestación. La supervivencia va disminuyendo desde un 60 por ciento a apenas un 10 por ciento en la semana 23.
También la semana 26 marca el momento de mayor riesgo para el desarrollo de secuelas. Las más importantes son las que afectan al neurodesarrollo, pero también las metabólicas, las visuales y los problemas intestinales.
Fuera de este grupo se encuentra la displasia broncopulmonar, también llamada enfermedad pulmonar crónica, la secuela más frecuente en recién nacidos prematuros, sobre todo, en aquellos que nacen con menos de 26 semanas y 750 gramos de peso.
El doctor Sánchez Luna explica que esta patología se caracteriza por afectar a los bebés más prematuros y el problema, aunque multifactorial, es básicamente la consecuencia de la gran inmadurez de los pulmones y la falta de crecimiento de éstos después del nacimiento.
Aunque ya no se trata de un problema tan grave como lo era hace años, «sigue siendo, en las formas más importantes, limitante para los niños».
Al estar alterado el crecimiento y desarrollo de los pulmones, «en muchos casos va a persistir un grado de insuficiencia respiratoria que precisará de cuidados frecuentes».
Entre ellos, el doctor Sánchez Luna destaca «un control nutricional exquisito para mejorar el crecimiento de estos niños», de tal forma que en casi todos los casos es necesario aportar nutrientes en calidad y cantidad ajustada a sus necesidades.
La prevención de las infecciones respiratorias, sobre todo en los primeros dos años de vida, «es muy importante», asegura este experto, quien insiste en la necesidad de «extremar las medidas de higiene y mantener un programa de inmunizaciones activas y pasivas muy estricto».
Además de los niños que nacen antes de la semana 26 de gestación, tienen también más riesgo de sufrir esta enfermedad pulmonar crónica aquellos cuyas madres no han recibido corticoesteroides antenatales ante el riesgo de nacimiento prematuro, los varones y, muy especialmente, los nacidos después o durante una infección de las membranas amnióticas.
Aunque según afirma el doctor Sánchez Luna existen factores genéticos implicados, hoy en día aún no se pueden definir de forma práctica en la clínica diaria.
Evitar dañar la vía aérea de estos niños es lo más importante, advierte este especialista. «Hoy sabemos que en los primeros minutos después del nacimiento se generan cambios respiratorios que pueden lesionar más los pulmones si se emplean técnicas o equipos muy agresivos».
No obstante, la tecnología ha evolucionado mucho en los últimos años, lo que permite proteger mejor los pulmones de estos pequeños desde muy pronto.
También existe una clara relación entre la inmadurez en el nacimiento y el desarrollo de secuelas de la vía aérea en el futuro: son cuadros semejantes al asma aunque la causa es diferente.
En los niños prematuros, el desarrollo de la vía aérea es anómala a diferencia de los bebés que naciendo a término padecen luego asma. Por ello, precisa el doctor, los cuidados y los tratamientos son diferentes.
Teresa Díaz
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