Los hijos de madres de alquiler casi igualan a los de adopción internacional
Las cifras de nacidos por gestación subrogada son estimativas, pero rondan los mil. Niños mayores, grupos de hermanos y críos con dificultades son los que ‘necesitan’ hoy padres extranjeros
Son dos fenómenos independientes, insisten responsables de las adopciones internacionales y dirigentes de asociaciones en defensa del reconocimiento de sus hijos nacidos de una gestación subrogada. Pero coinciden en que son las últimas opciones a las que se acude para formar una familia. Y ahora además, se aproximan en el volumen. Cada año, poco más de mil hijos adoptados en otros países y casi mil hijos nacidos por gestación subrogada también en otros países.
La adopción internacional creció y creció con el cambio de milenio y alcanzó su cifra más alta en el 2004, con 5.541 niños adoptados en España. En el 2013 fueron 1.191. En Catalunya, por ejemplo, el año pasado llegaron 180 críos a familias catalanas. «Una cifra más lógica que los 900 niños adoptados en el 2007», reconoce Núria Canal, directora del Institut Català de l’Acolliment i de l’Adopció (ICAA) de Benestar Social. «La crisis no ha sido determinante para este descenso, sino un cambio drástico en las políticas de protección que se han establecido en los países de procedencia».
La maternidad subrogada no cuenta con datos oficiales, sólo estimaciones, porque no hay ningún registro que lo recoja. La asociación Son Nuestros Hijos, por ejemplo, extrapola sus propias cifras y calcula que deben nacer casi un millar de niños con esta «fórmula de reproducción asistida», en palabras de su presidente Pedro Fuentes. Ucrania y Estados Unidos han sido los países que con más frecuencia proporcionan madres gestantes, pero también es posible hacerlo en Grecia, Israel, Canadá y, sobre todo, India. «Y lo estudian Portugal y Dinamarca». Al principio estas asociaciones se formaron sobre todo de matrimonios gays, «pero ahora los padres heterosexuales y familias monoparentales son el 60% de los socios», describe el presidente de la organización. «Ya había antes familias que acudían a este método, pero dimos la cara los padres gays y ahora todos somos más capaces de hablar del tema». La composición de la asociación es más real.
Pero hay una gran diferencia: entre las parejas homosexuales la elección de la gestación subrogada como medio para ser padres se produce mucho antes que entre las heterosexuales. Estas, en cambio, prueban antes toda la oferta médica posible y tanto la gestación subrogada como la adopción internacional es su último cartucho. Y esta última es hoy mucho más complicada. Si en el 2004 elegir el país de origen del hijo que se quería adoptar era lo más difícil a lo que uno se enfrentaba -aparentemente- hoy los adoptantes se topan con fuertes limitaciones económicas, sociales (muchos países excluyen a personas solas y parejas homosexuales) e incluso de salud, en los destinos más habituales a los que se iba entonces. En la mayoría de países se intenta que los críos desamparados se queden allí y «sólo salen a adopción internacional los que no encuentran fácilmente familia: mayores, niños con necesidades especiales o grupos de hermanos», describe Núria Canal. Y la espera puede durar muchos más años que antes: 10 años en China, 5 o 6 años en la Federación Rusa.
La maternidad subrogada tiene otro tipo de dificultades. El primero, la decisión de encargar a una mujer que se quede embarazada de tu hijo o hija, con o sin aportación genética propia. Un embarazo a distancia en el que hay muchas cosas que pueden salir mal, los dilemas morales que provocan -el lunes se dio a conocer el manifiesto y la campaña contra la gestación subrogada No somos vasijas-, los problemas legales para la filiación, que de momento se están solucionando después de unos años de incertidumbre… Y el dinero. La gestación encargada es muy cara, más aún que la adopción internacional. «Todo el mundo debería tener derecho a intentar en la sanidad pública también esta técnica de reproducción asistida», defiende Pedro Fuentes.
El difícil árbol genealógico
Un equipo de antropólogas de la Autónoma (UAB) con larga experiencia en “nuevas familias” han creado un centro de asesoramiento para ellas, sobre todo para las construidas a través de una maternidad subrogada y de una adopción internacional.
Entre los problemas que detectan, el primero es que se trata de una maternidad y paternidad compartida con más protagonistas que han de tener su sitio en la vida del crío y de sus padres: además de ellos hay una mujer gestante, y en el caso de subrogación suele haber además una donación de óvulos y de semen.
Así que hay cinco personajes, no dos, en el origen de su vida. Y preservar esa información parece algo importante, y especialmente difícil en la adopción internacional. Todo eso además habrá que aprenderlo a decir en voz alta, si se quiere, y a veces en choque directo contra la costumbre de las escuelas de pedir a los alumnos que pinten se árbol genealógico.
Ana Macpherson
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