Natalia Florido: “En adopción es necesario poner el foco en los chicos más grandes”
La autora del libro Alumbrando en la oscuridad, declarado de interés por el Senado de la Nación Argentina, aseguró que hay muchos niños mayores de un año, con hermanos o con discapacidad que necesitan un hogar y no lo encuentran. El 92% de quienes integran el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos solo quieren adoptar bebés.
Hablar con Natalia Florido sobre adopción es un placer. No solo porque aborda el tema de un modo claro, frontal e integral sino porque su propia historia de vida invita a la emoción y a la reflexión.
Su experiencia la motivó a trabajar en la Red Argentina por la Adopción -que hoy preside- y a realizar Alumbrando en la Oscuridad, un libro sobre adopción que publicó el año pasado y que, recientemente, fue declarado de Interés en el Senado de la Nación.
Su historia
Natalia nació en El Bolsón el 24 de mayo de 1983. Su mamá biológica, Mercedes Silva, la dio en adopción a la familia de Marta y Vicente Florido, quienes la criaron en Ingeniero White, junto a su hermano mayor, Juan Eduardo.
Saber la verdad sobre su origen, desde el principio, le permitió forjar su identidad y contar con la posibilidad de contactar a su familia biológica cuando lo deseara.
El primer cosquilleo lo sintió a los 15 años pero postergó la búsqueda. Dos años después quedó embarazada de su primer hijo: Thomás. Junto a Daniel Rik, quien luego se convirtió en su esposo, lo trajo al mundo.
«Apenas lo tuve en mis brazos supe que era solo mío, que nada ni nadie nos iba a separar. Y no pude dejar de pensar en el coraje de Mercedes -su mamá biológica- al tener que alejarse de mí, en su sufrimiento», contó.
La empatía y el agradecimiento volvían a estar presentes. Luego llegaron sus hijos Joaquín (2005) y Bautista (2008). Recién en 2011 sintió la necesidad de encarar seriamente la búsqueda.
Así logró contactarse con su hermana Vanesa, tres años mayor, quien vivía en Chubut y desconocía por completo su existencia. La mamá de ambas, Mercedes, había fallecido hacía un año y se había llevado el secreto con ella. Fue un antes y un después, para ambas.
Tras el impacto inicial, las charlas, el intercambio de fotos y de anécdotas se produjo el encuentro y el esperado abrazo. Las hermanas se fueron redescubriendo de a poco luego de tantos años de estar separadas y de vivir a la distancia.
Al contar tu historia en «Alumbrando…» siempre hablás de tu mamá biológica desde un lugar de amor y de perdón…
Es que muchas veces se juzga a la mujer que dio en adopción a un niño porque lo abandonó pero mi historia me permitió ver a Mercedes, la mujer que me dio la vida, desde un punto de vista distinto al de muchas personas.
“Lo que hago, a través de mi libro, es no caer en la demonización de la mujer, en este caso de Mercedes, ni en la idealización de Marta y Vicente, quienes me adoptaron. Como hija adoptiva y como mamá trato de indagar en qué es ser padre, madre o hija.
“Soy una agradecida a la vida. Mercedes me dio el derecho fundamental de todo ser humano, que es el derecho a la vida, me dejó nacer y se hizo cargo de esta hija que parió, de alguna manera.
“Ella dijo: “Puedo darle el derecho a la vida y nada más, pero quiero que alguna familia le pueda dar lo que yo no puedo”. Y aquí estoy.
¿Qué cuestiones alumbrás en tu libro?
El libro aborda un tema que está plagado de prejuicios y silencios. Siempre que hablamos de adopción escuchamos la voz de los padres que esperan, de las leyes, de lo que se tarda, y demás. Yo empiezo a alumbrar el tema desde la voz del adoptado.
“Es necesario escuchar la voz de niños adoptados que han estado institucionalizados y nos cuentan como le cambia la vida llegar a su casa y tener una habitación para ellos y sus hermanos o cuando sus abuelos les prepararon por primera vez su plato preferido, milanesas con papas fritas. Hay que escucharlos: cómo vives la adopción, en qué me cambió a mí.
¿Qué significa para un niño ser adoptado?
Ser adoptado es todo para ellos. No hay ser humano en esta tierra que no tenga un recuerdo de su infancia, de su adolescencia, de momentos compartidos.
“Para un chico compartir con su familia es un antes y un después, algo que le va a cambiar la vida para siempre. Un niño que está en un hogar es un chico junto a más chicos. Cuando forma parte de una familia sabe que lo van a ahijar, a dar paz y amor. Todo chico que es adoptado tiene una historia y la familia que lo adopta debe tomarlo con ella.
¿Cómo es adoptar en Argentina? ¿Es engorroso?
Muchos siguen creyendo que adoptar es algo engorroso y desgastante. Yo tengo otro punto de vista. Creo que uno de los principales problemas cuando hablamos de adopción es cultural. Hay personas, no todas, pero muchas, que solo quieren adoptar bebés. Y ahí se genera un problema de oferta y demanda. Porque son contados los casos de madres que abandonan a sus hijos recién nacidos en un hospital o en un hogar. Hoy, el 92 % de las personas anotadas en los listados quieren adoptar a bebés de hasta un año, mientras que los niños con más edad no encuentran padres.
“De hecho, quienes se animan a recibir a grupos de hermanos o chicos más grandes, en muchos casos, consiguen adoptar en menos de un año. El secreto está en que padre y madre pongan su deseo en niños más grandes y no solo en bebés.
¿Cómo generar conciencia, en este sentido?
Debemos hacer un trabajo cultural en los adultos que esperan y empezar a alumbrar las historias de todos los nenes. Los adultos tienen que entender que el chico adoptivo no viene a cubrir el vacío de ese hijo que no pudieron tener de forma biológica. La adopción es otra cosa. El Estado debe acompañar a través de espacios a todos estos padres y asesorarlos.
Debemos hacer un trabajo cultural en los adultos
¿Cuáles son los motivos de separación del niño de su familia de origen?
Las situaciones de negligencia, violencia y abuso. El problema es que tardan en ser detectadas. Además, intervienen muchas variables antes de que un juez permita quitarle la patria potestad a un padre biológico.
“Antes de darlo en adopción, la justicia intenta agotar las instancias de revinculación del niño con la familia de origen o con la familia extendida (es decir, los tíos, abuelos) o de referentes familiares (como padrinos).
“Nosotros -desde la Red- planteamos que una vez que interviene la justicia el chico ya tiene su derecho vulnerado. Entonces ¿Por qué lo tenemos que revincular con la familia de origen una y otra vez? Démoslo en adopción. Démosle la posibilidad de que tenga otra vida.
“A veces aparecen las tías, sobre todo, que dicen que quieren hacerse cargo del niño, pero ¿hasta dónde? La infancia de los niños es hoy. Mañana es tarde.
¿Existe la venta de niños?
-Lamentablemente la venta de niños sigue existiendo. Justamente porque muchas familias buscan ese hijo que no han podido tener biológicamente. Como no consiguen adoptar un bebé, lo compran. Le pagan el parto a la madre o la mantienen durante el embarazo. Han llegado a comprar casas por acceder a un hijo. Culturalmente no entendieron nunca lo que es la adopción.
¿Y qué es adoptar?
Es ahijar a un niño con el corazón y amarlo para toda la vida. No tiene nada que ver con si es o no un bebé. Debemos combatir esta situación que afecta a seres vulnerables que el día de mañana van a ser adultos y hablar no solo de la importancia de la adopción sino de lo que genera la apropiación. En Argentina son 3 millones de habitantes los que buscan su identidad de origen.
“La adopción es el derecho principal del niño, no el del adulto, y es una forma de ser familia. No tenemos que pensar “¿A ver cómo el niño se adapta a esa nueva familia?” sino “¿A ver cómo la familia nueva va a empezar a ‘ahijar’ a ese niño y a convivir con él?”.
“Adoptar es alumbrar. Le permite al niño que está en un hogar o en una familia sustituta, tener una familia. Viene a decirle: “Mamá y papá te van a ahijar, te van a dar amor, contención”.
Un hijo es para toda la vida
¿Se piensa en el derecho del niño de tener una familia?
Creo que no, que el adulto, no en todos los casos, pero en muchos, es egoísta. En su ansiedad por cumplir con sus expectativas se olvida de que el niño tiene sus propios sueños y proyectos. No hace mucho un director de dos hogares en Buenos Aires me contaba situaciones que vivía en la etapa de vinculación de los niños con las familias adoptivas. A esas primeras salidas llegan madres con la ropa para que la nena vaya a clases de ballet o patín y papás con camisetas de fútbol para llevar al nene a la cancha ¿Le preguntaron a la niña si quiere patinar, ir a ballet o tocar la guitarra? ¿Y si a ese niño no le gusta el fútbol? Tenemos que empezar a darle voz al adoptado.
¿Cómo resultó, en tu caso, ser adoptada?
Ser adoptada me cambió la vida. Mercedes me abandonó pero tuve una opción, la oportunidad de ser parte de una familia a través de la adopción. Pasé a ser Natalia la hija de Vicente y Marta, la hermana de, la nieta de, la sobrina de.
“Es poder sentir que sos importante para alguien. Es tener una vida, una infancia, fotos de los actos de la escuela con mi mamá en primera fila, un cuaderno de comunicaciones firmado. Fui al jardín, a la escuela, tuve amigos, mi fiesta de 15. Todo lo que una niña soñada quiere tener. Lo que me pasó a mí lo veo en las historias de los chicos con los que converso todos los días.
¿Qué le dirías a quienes estén por adoptar?
Les diría que hay que abrir la cabeza, que el temor no los paralice, que vale la pena vencer el miedo porque los chicos más grandes necesitan una familia y tienen muchísimo amor para dar. El desafío es poner el foco en los chicos que pasan sus infancias y adolescencias en los hogares.
¿Cuál es el rol de la Justicia?
Los jueces deben hacer cumplir la ley pero, en todos los casos, escuchar al niño o adolescente. En muchos casos judiciales no respetan los plazos de las medidas de protección, les roban la infancia a cientos de niños que pierden la oportunidad de tener una familia que lo quiera y respete.
“Confunden el interés superior del niño con la identidad y en muchos casos hacen que el niño retorne a la familia de origen. Deberían estudiar con más detenimiento si es lo correcto o no.
Todo ser humano tiene derecho a conocer su identidad biológica
¿Cómo recibe la gente tu historia y el libro?
¡Muy bien! No imaginé que iba a pasar esto. Hay una gran cantidad de gente que tomó esta historia, la hizo propia y se preparó para una adopción. El libro los acompaña en este camino de espera y de búsqueda de identidad.
“Me etiquetan en Facebook hijos adoptivos chiquitos con mi libro. En Mendoza me encontré con padres y abuelos adoptivos en espera que me agradecen y me dicen “Cambiaste nuestra forma de pensar”.
“A todos les hablo de lo que en algún momento sentí: el abandono. Les cuento que alguna vez hice la mochilita de Snoopy y le dije a mi mamá: “Me voy a ir”, y después entendí que no podía irme, mi familia era todo lo que tenía. Les cuento que en la familia no le cayó bien a todos la idea de que mis viejos adoptaran. Se solía escuchar por los pasillos: “No es sangre de tu sangre”.
«Alumbrando…» viene a decirles a los chicos que cuenten sus historias porque son maravillosas. Son historias de superación. Hay chicos que llevan el libro a la escuela con felicidad. La adopción la tienen que llevar en alto.
Los chicos adoptados tienen historias maravillosas
¿Fueron positivos los cambios que se introdujeron en el Código Civil respecto a la adopción?
Con esta nueva ley se cambia el paradigma de un padre que necesita a un niño al actual en el que se habla de una familia para un niño.
“Se establecen los principios generales que van a regir el proceso de adopción: el interés superior del niño, el respeto al derecho a la identidad, a agotar todas las posibilidades para que el niño permanezca en la familia de origen.
“Un juez debe demorar no más de seis meses en resolver el estado de adoptabilidad del niño. Si se cumple es un buen plazo. La ley de adopción estuvo mucho tiempo dormida. Los niños no solo tienen derecho a la salud, nutrición y educación sino a la protección, a no ser objeto de violencia de explotación y a tener un entorno protector, que es lo que les da la adopción. Siempre pienso qué distinta sería mi vida si me hubieran abandonado en un hospital. No hubiera tenido el derecho a la identidad, saber de donde vengo para saber adonde voy.
Reflexión
“No somos huérfanos o chicos distintos porque somos adoptados. Somos hijos. Así como una familia, pareja o persona toma la decisión de tener un hijo biológico, también toma la decisión de adoptar a un niño. Pretendo que mi libro alumbre un tema plagado de prejuicios para decir que adoptar es alumbrar y que tener una familia es un derecho fundamental para cualquier niño”, dijo Natalia Florido Silva.
El libro. Tiene tres ejes: la adopción (las voces vivenciales); la identidad (testimonios de gente que busca su identidad de origen) y la familia (opiniones de profesionales y personas vinculadas al tema que querían realizar su aporte o reflexión). También se aporta información sobre cómo adoptar en la Argentina. Tiene prólogo de Gabriela Arias Uriburu y escriben Jorge Rial, la psicóloga Laura Gutman y Gustavo Vera (amigo del Papa Francisco), entre otros invitados.
Día Nacional de la Adopción. Natalia Florido presentó un proyecto a través del diputado Daniel Lipovetzky para crear un Día Nacional de la Adopción. «Pedimos un espacio Nacional de Adopción para acompañar a las familias que esperan o que ya han adoptado para hacerles un acompañamiento explicándoles o contactándolos. Tenemos una canción de adopción, Hijos del Corazón, que escribió Christian Puga de Los Ladrones Sueltos», dijo.
Anahí González
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