Importancia de los trastornos de apego en niños adoptados
La mayoría de las personas creen que adoptar un hijo es lo mismo que tenerlo de manera biológica. Que no hay diferencia, más allá de su origen o raza. Pero que si se le coge muy chiquitito y se le quiere mucho, se va a dar una relación y un vínculo estupendos con ella o él. Y que su historia anterior no cuenta para nada, pues ya la habrá olvidado… ¡cómo era tan pequeño! ¡Que esté sano es lo fundamental!
Que en todo caso son los niños y niñas adoptados mayores, los que pueden traer «una mochila bien repleta» que sí puede dar algún problema; pero con paciencia y amor…todo se cura y que no habrá mayor problema.
Lo cierto es que podríamos generalizar que todos los niños y niñas adoptados tienen algún tipo de vivencia de su abandono, aunque sea adoptado el mismo día de su nacimiento. Y que ésta vivencia va a dar algún tipo de repercusión en su mente.
Siendo más importante esta repercusión si hay vivencias añadidas de violencia, maltrato o abusos; así como de negligencia y abandono parentales.
Las preguntas, los recuerdos y los miedos
Lo mínimo que podremos encontrar serán niños que se pregunten, en el momento oportuno, porqué fueron abandonados. Qué hicieron para que no les quisieran. Si podrían haber vivido con esa madre o esa familia si hubieran ocurrido otras circunstancias. Si habrá otros hermanos y hermanas.(Y si fueron separados de sus padres y madres ya algo más mayores: Qué hicieron mal para que se les separara).
En otros casos más serios, que corresponden a aquellos traumas, pero que ni ellos mismos recuerdan nada, por una amnesia infantil, pueden haber muchos tipos de síntomas: Los niños y niñas pueden presentar miedos a cosas inexplicables o juegos erotizados, o comportamientos de acaparación de alimentos, o terrores nocturnos, enuresis, pegajosidad con los adultos, o lo contrario, una apariencia de que no los necesitan. Miedos a dormir solos, a entrar en habitaciones, como el baño, mucha dificultad para las relaciones con los iguales, comportamientos groseros y agresivos cuando se frustan por poca cosa, mucha oposición a todo lo que se les propone, temeridad y desconocimiento del riesgo, familiaridad excesiva con desconocidos…
Quizás en el colegio pueden ir muy bien o muy mal. Siendo frecuentemente tildados de Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad. (TDAH) O Trastorno Negativista Desafiante.
El síndrome de Alcoholismo Fetal y los primeros años de vida
En algunos casos podran traer trastornos debido al alcoholismo de la madre biológica, lo que se conoce como Síndrome de Alcoholismo Fetal, (SAF) que tiene unas repercusiones dramáticas y duraderas, en todas las áreas de ese niño o niña, desde sus rasgos faciales, a su capacidad intelectual o de aprendizaje, o su impulsividad, su control emocional, sus vivencias sensoriales, etc. (llegando a poder manifestarse, con el tiempo una gran discapacidad)
Lo importante es tener en cuenta que son los primeros años de la vida del niños los que marcan su cerebro para el desarrollo de habilidades tanto emocionales, como intelectuales y relacionales. De tal forma que los daños vividos en las relaciones desde el nacimiento y durante esos primeros meses y años de vida, dejan una huella imperecedera. Y no hace falta que sean traumas concretos tipo abuso sexual,o los producidos por el alcohol o drogas durante el embarazo, sino que pueden ser de tipo continuado de falta de atención y amor adecuados. De relación con padres dañados gravemente en sus historias emocionales y que tratan a sus hijos de una manera inadecuada. Por ejemplo sin capacidad de empatía con ellos, y sin poder tener en cuenta que no son animalitos cachorros, sino que son personas en desarrollo con mucha necesidad de nutrición emocional y sensorial adecuadas.
Los trastornos de apego
El estilo de relación que tienen esos padres y madres, van a marcar a los hijos con lo que llamamos: trastornos de apego. En este caso estaremos con niños que van a tener más dificultad en las relaciones, dificultades cognitivas y de aprendizaje, mucha impulsividad o hipermovilidad, mucha ansiedad y estado de alerta permanente, retraimiento o quizás temeridad excesiva, y otros muchos síntomas que van a ser diagnosticados de maneras incorrectas , pues el verdadero diagnóstico es el de Trastorno de apego, con sus diferentes variantes.
Son muchas las familias que dan vueltas con los problemas de sus hijos e hijas, sin encontrar solución, ni entre los psicólogos que consultan, ni entre los médicos, ni con los profesores de sus escuelas o institutos…porque no se tiene en cuenta esta dimensión de la personalidad que es el apego y que está a veces muy dañado. Pueden parecer niños que no tienen límites, y que les falta control por parte de los padres y madres. Con lo que se les tienden a culpar a estos de que no lo están haciendo muy bien. Cuando no es una cuestión de control externo, o de premios y castigos, sino de que estos niños y niñas tienen un déficit estructural en su cerebro que les impide vivir como a los demás niños, sin sentir muchos miedos inconscientes, estar muy alertas e hiperreaccionar ante muchas situaciones banales.
Es necesario que se les diagnostique a tiempo y se vean soluciones específicas, pero lamentablemente el desconocimiento por parte de los profesionales es excesivo en estos momentos. Cuando se pueden conseguir resultados estupendos, que de la otra manera y con tratamientos inadecuados, llegar a verdaderos callejones sin salida.
José Ignacio Díaz Carvajal
Psicoterapeuta
www.indizze.com