¿Cuál es la edad idónea para ser madre?

La cuestión sobre la longevidad femenina y la edad de paridad se ha debatido durante años sin haber llegado a una conclusión consensuada. Porque realmente existen infinidad de factores no biológicos que aceleran o retrasan la edad “ideal” de tener hijos. Numerosos estudios arrojan datos individuales, pero sin llegar a esclarecer a nivel más genérico cual es la edad promedio en la que las mujeres deciden hoy en día tener su primer hijo. Y es que decidir dar el primer paso hacia la maternidad supone dejar atrás, en cierto modo, algunas metas y aspiraciones para embaucarse en el viaje y el nuevo rol de ser madre.

Un nuevo estudio publicado en el Journal of Public Health el año pasado desvela que lo ideal es esperar hasta los 30 años para ser madre primeriza. Y lo interesante de esta investigación es su correlación entre las edades promedio de las mujeres que dan a luz en relación con la esperanza de vida, en la que descubren que las madres que tienen hijos a partir de los 30 son más longevas, e incluso, cuanto mayor es la mujer, más aumenta la longevidad. Esto, sin duda, es algo muy positivo, pero ¿es en realidad a partir de los 30 la edad ideal para tener un hijo?

Sin duda, estos hallazgos son, cuando menos, interesantes, pero para Txantón Martínez- Astorquiza, presidente de la sección de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la edad más recomendable es a los 33 años. “En torno a los 40 años, las mujeres tienen más riesgo de diabetes, hipertensión, un riesgo mayor de cesáreas, más probabilidad de ingreso en neonatos de los bebés, y existe una mayor tasa de mortalidad fetal y materna”, sentencia.

Y a pesar de que reconoce que la calidad de vida en general ha mejorado, y mucho, el cuerpo a nivel biológico nunca dejará de tener la edad que tiene. No es lo mismo tener 25 años que 40, aunque en tu mente tengas 25. “No obstante, mi experiencia actual como profesional es que las mujeres comienzan a tener su primer hijo a partir de los 33 años, y subiendo…”, comenta.

Además, manifiesta que es importante cuidarse, llevar una buena alimentación, hacer deporte , entre otras, pero el hecho de hacerlo tampoco le resta los problemas a la hora de tener hijos a partir de los 35 años. “Tampoco existe la manera de mejorar los óvulos, ni su calidad ni la de los ovocitos, desgraciadamente”, continua.

De profesión, mamá

Judith Murano es periodista y madre de dos hijos. Su primera hija, Carla, la tuvo con 37 años y considera que le “llego el momento” cuando creyó estar preparada. “En mi caso no fue una cuestión de reloj biológico. La maternidad fue algo muy meditado tanto por mí como por mi marido. Sin darnos cuenta nos estábamos acercando a los 40 años y ni siquiera nos habíamos planteado si queríamos o no tener hijos”, explica. Una decisión que fue pospuesta por razones profesionales y que, a pesar de llevar 10 años con su marido, no la llegó a tomar más que por un tema de edad.

En el segundo embarazo, a los 39 años tuve problemas por edad, mis hijos nacieron muy grandes y mi cuerpo, a esta edad se resintió considerablemente”, explica. Además, reconoce que su primer embarazo tampoco fue fácil ya que le diagnosticaron placenta previa, y tuvo que guardar reposo hasta el nacimiento de su hija.

A este respeto, el doctor Astorquiza corrobora que la mujer que se embaraza a partir de los 35 años está expuesta a muchos más riesgos a pesar de que hoy se decida la maternidad más tarde. “Es una cuestión de ovocitos. “Si una mujer cuando nace tiene 350 ovocitos en sus ovarios, y su primera regla en torno a los 13 o 14 años y, en cada regla pierde 10 óvulos, pues en 35 años has agotado prácticamente todos tus ovocitos. Además, la calidad también disminuye”, argumenta.

Sin embargo, muchas mujeres como Judith apuestan por sus metas y retrasan el momento, y cuando llega, le permite descubrir lo que hoy en día ella califica como su segunda pasión e incluso, en cierto modo, su profesión. “Quizás en ese momento es lo que imaginé que me faltaba para sentirme plenamente realizada como mujer, aunque ahora, que soy madre, y a pesar de los riesgos, veo que no hace falta pasar por la maternidad para ello”. A partir de entonces y de su maternidad se ha convertido en bloguera con My second job mamá. “La maternidad ha hecho conocer facetas de mí hasta entonces desconocidas y, en mi caso, descubrir la que ahora es mi segunda pasión y, en cierto modo, profesión”, concluye.

Estefanía Grijota
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