“El adoptado puede conocer sus orígenes biológicos; el de reproducción asistida con donante, no”

Nuria Terribas, directora de la Fundación Grifols i Lucas, enfrenta los límites legales y el derecho de las personas a conocer sus orígenes en los casos de reproducción asistida con donación de gametos.

En España, la ley garantiza el anonimato del donante de gametos y no existe un registro nacional de donantes, a pesar de los requerimientos europeos en este sentido y también a pesar de la ley de reproducción asistida de 1988 que obligaba a tener centralizada y recopilada esta información.

En este escenario, las personas que hayan nacido fruto de técnicas de reproducción asistida con donación de óvulos o de espermatozoides tienen muy difícil conocer sus orígenes biológico. Sin embargo, si han sido adoptados, la ley ampara su derecho a saber de dónde vienen.

Un dato importante: “El 54,5 por ciento de la fecundación in vitro es con donante de gameto”. Nuria Terribas ha hecho este planteamiento en su conferencia, dentro del XI Encuentro Interautonómico sobre protección jurídica del paciente como consumidor, que se está celebrando estos días en el Palacio de la Magdalena, en Santander.

Terribas pone en evidencia lo incongruentes que resulta un ordenamiento jurídico como el nuestro donde diferencia al hijo fruto de la adopción frente al que ha sido concebido mediante técnica de reproducción asistida en la protección de su derecho a conocer sus orígenes biológicos.

En los últimos 30 años, según apunta la experta, el legislador español ha realizado “un cambio de paradigma” en el reconocimientos de derechos al menor adoptado que, sin embargo, no lo ha trasladado al ámbito de la reproducción asistida.

En esta resistencia al cambio, Terribas plantea como un elemento clave la fuerza que en España tienen la industria de la reproducción asistida. “Es un porcentaje del PIB muy importante, no quieren perder opciones de negocio y desvelar la identidad de los donantes supondría que pasaríamos unos años de transición y no interesa”.

Ahora, el perfil del donante de gametos es un joven, chica o chico, estudiante entre 18 y 24 años que realiza esta donación por la compensación económica: “Son 1.000 euros por óvulo y a partir de 50 euros por esperma. Si eliminas la compensación económica, no hay donantes”.

“En otros países de nuestro entorno, donde la donación de gametos no es anónima, han experimentado un descenso de donantes, en un primer momento, que luego se compensa, pero cambiando el perfil del donante a una persona más adulta y mentalizada de que estás haciendo algo para ayudar a terceros, más allá de la compensación económica. Pero también baja la tasa de efectividad de las técnicas de reproducción asistida, porque no es lo mismo el material donante de una persona de 20 años que de una de 30″, aclara Terribas.

De este modo, la experta tiene claro que “En España nos va a costar dar este paso” de terminar con el anonimato del donante. Como nos está constando contar con un registro nacional de donantes, algo que, por otro lado, “garantizaría que se está cumpliendo con ese máximo de seis donaciones por persona que ahora contempla la ley”.

Sobre este debate, que queda abierto, y por tanto con más preguntas que respuestas, Terribas plantea hasta qué punto es legítimo dejar en manos de terceros la decisión de si estas personas, que han nacido a través de una donación de gametos, pueden o no conocer sus orígenes.

“Desde un criterio de igualdad en derechos, no parece fácil justificar diferencias en el contexto de adopción o tratamiento de reproducción asistida con donante, a pesar de que hay que ponderar bien los intereses de todas las partes afectadas”, concluye Terribas.

Soledad Valle
www.diariomedico.com

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