Adoptar niños grandes: la historia de Gaby y Lara


“Es necesario tener en claro que se trata del derecho de los niños a tener una familia”, dice la dolorense Gabriela Iturmendi. El 90% de los postulantes a adoptar, prefieren niños de menos de 2 años, pero hay muchos niños mayores de esa edad que esperan una familia. Mitos y temores de la adopción en una historia de vida.

En la Argentina, de todos las niñas, niños y adolescentes que esperan ser adoptados, el 40% tiene entre 6 y 12 años, y el 36% entre 13 y 17 años. Pero el 90% de los postulantes prefieren menores de 2 años. Por eso, algunas familias decidieron hacer públicas sus historias con el hashtag #adoptenniñesgrandes, a fin de derribar mitos y temores.

La dolorense Gabriela Iturmendi relata la forma en que llegó Lara a su vida. Más allá de lo que se suele pensar, el trámite fue realmente rápido. Una vez que se decidió a inscribirse en el registro de adoptantes “me dijeron ‘mañana hay una reunión informativa’ y poco después me llamaron de un juzgado de la zona”. Lara tenía 11 años y en el camino de la vinculación, Gabriela recorrió los 200 kilómetros que las separaban hasta tres veces por semana, durante 11 meses.

Por eso insiste en que “la adopción en la Argentina es posible y no hay que esperar mil años, dependiendo de la edad. Si querés un bebé recién nacido, vas a tener que esperar; si aceptás que sea más grande, que tenga hermanos, se vincule con ellos, es otra cosa”.

Gabriela no minimiza las dificultades: ésta de la distancia o la falta de licencias laborales para poder llevar adelante el proceso de vinculación que, en su caso, fue más largo que lo habitual. “Ahí aprendimos muchísimo las dos: a dejar los enojos de lado y decir ‘hay una nena que tiene derecho’ y ahí seguís”, dijo.

Por eso, puede decir que su apoyo fueron “literalmente mis compañeros de viaje: gente que me acompañaba aunque fuera para cebar mate, para estar ahí”. Y es esa una de las primeras recomendaciones que tiene para quienes se decidan a adoptar: “No lo hagan solos, aunque sean una pareja”. El entorno, el apoyo, el acompañamiento, dice, son indispensables en este camino.

El proceso implica marcar en una planilla la edad de los niños que se desea adoptar. “Y ahí yo me pregunté si quería ser madre o tener un bebé”. Y en la decisión tildó un rango de mayor edad. “Cada uno debe pensar qué es lo que es capaz de hacer, de cuidar”, indica. Y ese punto implica pensar en grupos de hermanos, en niños y adolescentes con enfermedades o con discapacidades.

Sean grandes o pequeños, es importante entender que “todo vínculo se construye” y es ahí donde debe hacerse la apuesta fuerte. “Sea porque empieza a caminar, a hablar o es un adolescente que quiere ir a bailar, el vínculo se construye día a día”, especialmente pensando en la cantidad de vivencias que muchos chicos no han tenido. “Pueden ser grandes de edad pero sentirse niños. Y tendrás vivencias que nunca pensaste que ibas a tener, como que te digan ‘es la primera vez que me agarran de la mano’. A mi hija, por ejemplo, la vi cuando empezó a leer”.

“El momento crucial fue el que nos encontramos por primera vez”, recuerda. “Es entonces cuando se siente que no hay marcha atrás, que uno se compromete con el niño que tiene ante sí”, remarca, insistiendo en que siempre hay que poner por delante el derecho de los chicos a tener una familia. “Los adultos podemos tener deseos, los niños tienen derechos”, insiste. “Si dijiste que sí, le dijiste que sí a ellos, que ya fueron defraudados por adultos en sus vidas”, dice.

“Primero pensaba que íbamos a ser una familia de dos y terminamos siendo quince, porque mi hija tiene 11 hermanos y se vincula con casi todos ellos y sus familias adoptivas, aunque vivamos en diferentes ciudades”, relata y señala otro punto fundamental en este camino: “Uno necesita apertura a las posibilidades de familia más diversas que pueden imaginarse”. Para lo que, sin dudas, “hay que perderle el miedo al origen biológico, hay que espantar esos fantasmas de los adultos porque los vínculos son necesarios para los chicos”.

Gabriela Urrutibehety
www.entrelineas.info

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