Las adopciones de niñas chinas caen en picado por la mejora económica del país

ciguena_4Para las parejas que no pueden tener hijos, la cigüeña ya no viene de China, hasta hace poco destino habitual de las familias adoptantes. Las estadísticas oficiales hablan por sí solas: en 2005, más de 2.700 niñas chinas fueron adoptadas por familias españolas. En 2013, solo 396.

Hace nueve años, el Consulado de España en Pekín parecía un ruidoso jardín de infancia donde, cada mes, decenas de padres tramitaban el papeleo final para salir del país con sus nuevas hijas de ojos rasgados. Hoy es raro ver por allí alguna pareja empujando un cochecito de bebé.

Para José Pons, cónsul de España en Pekín, no hay una sola razón que explique esta drástica disminución en el número de adopciones. “En primer lugar destaca la subida del nivel de vida en China, que conlleva mejoras sociales y educativas y nuevos métodos para prevenir los embarazos no deseados”, analiza  Pons, quien también subraya que “la mayor urbanización del país ha influido en la reducción de partos clandestinos que antes acababan en abandonos”. A su juicio, además, la crisis económica en España ha afectado de forma coyuntural, pero no tanto como los otros dos factores porque quien quiere tener un hijo a toda costa al final acaba adoptándolo”.

Ante las críticas de algunas asociaciones de adoptantes, que acusan al autoritario régimen chino de haber cortado las adopciones porque evidenciaban el subdesarrollo que sufren algunas partes del país, Pons no cree que el nacionalismo haya influido mucho en esta disminución, más basada en términos económicos y sociales que políticos.

Desde 1998, España ha adoptado a más de 15.000 niñas en China,situándose por detrás de Estados Unidos, con unas 64.000. Tras el pico de 2005, las adopciones fueron bajando gradualmente hasta las 1.977 de 2006, 1.455 en 2007, 717 en 2008, 598 en 2009 y 602 en 2010, año en que entró en funcionamiento el Consulado de Cantón (Guangzhou), al sur del país. En 2012, el Consulado de Pekín tramitó 453 adopciones, que al año siguiente cayeron hasta las 396.

Además de la mejora del nivel de vida, que ha aumentado las adopciones domésticas para parejas chinas que no pueden tener hijos, a esta disminución han contribuido las cada vez mayores restricciones que pone el régimen de Pekín. Entre ellas, destaca la prohibición para adoptar en casos de familia monoparental, obesidad mórbida y hasta deformidades en el rostro.

En una China enriquecida al amparo de su extraordinario crecimiento, los requisitos económicos también han aumentado para demostrar la solvencia de los adoptantes, que se han retraído por el impacto de la crisis en Occidente y, de manera más concreta en España. No en vano, hay adopciones que salen por más de 30.000 eurosentre billetes de avión, desplazamientos, hoteles, gestión de documentos y “donativos” a los orfanatos.

A todo ello hay que sumar los rapidísimos cambios sociales que vive China. Mientras antes tener una niña era casi una maldición en el mundo rural, donde las familias de los campesinos prefieren al varón para que cuide de los padres cuando envejezcan, ya no son vistas como un problema. Especialmente en las grandes ciudades, donde sus novios tendrán que aportar un piso y un coche como dote para casarse con ellas cuando sean mayores.

Tiempos de espera

Con el descenso de niños en adopción, se han alargado los tiempos de espera, que han pasado de los seis meses de 2005 a los ocho años que algunas familias llevan ya aguardando para recibir la hija solicitada.

Al mismo tiempo que pone todas estas trabas, China está impulsando el denominado “pasaje verde”, que consiste en la adopción de niñas conalguna minusvalía física. Frente a las 79 adopciones de este tipo registradas por el Consulado en Pekín en 2012, el año pasado fueron 89. Pero, por lo general, a las parejas españolas les cuesta más adoptar un niño con un problema físico que psíquico.

La caída de las adopciones no ha ocurrido sólo en China, sino en otros países en vías de desarrollo como Vietnam o Guatemala. A tenor de las estadísticas recopiladas por Peter Selman, un experto británico de la Universidad de Newcastle, han bajado de las 45.000 registradas en 2004 a las 25.000 de 2011.

Otro de los motivos ha sido el incremento de los controles en virtud de la Convención de La Haya sobre Protección de Menores y Cooperación en Adopciones Internacionales. Las autoridades chinas han reforzado las medidas de seguridad debido a los escándalos de corrupción y tráfico de menores que han proliferado en los últimos años, en los que responsables de orfanatos han sido condenados por comprar niñas para luego venderlas tanto en su país como en el extranjero. Entre 2002 y 2005, casi mil niñas de la provincia de Cantón (Guangdong) fueron vendidas a orfanatos de Hunan, que luego las dieron en adopción a familias extranjeras a cambio de generosos “donativos”. La desarticulación de estas mafias es un golpe al tráfico de seres humanos pero, por otra parte, ha reducido también las adopciones y las esperanzas de muchas familias de tener un hijo.

Frente al revuelo mediático organizado en España por el crimen de Asunta, la niña adoptada en China cuyos padres están siendo investigados, este caso no ha tenido ninguna influencia en la tendencia a la baja de los últimos años. Según fuentes diplomáticas de la Embajada española en Pekín, “hubo una reacción por parte de China tras la muerte y una respuesta”, pero no ha tenido ningún impacto en la caída de las adopciones.

Pablo M. Díez

www.abc.es

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