En 2000 Soledad Puente decidió adoptar. Era soltera y ya había pasado los cuarenta, por lo que  decidió tocar todas las puertas. La primera fue la de una jueza en Concepción (sur de Chile) que le dijo que sólo le podía dar un niño grande. Soledad se asustó, porque se había imaginado con un bebé de pocos meses y ojalá mujer, para vestirla de rosado. Pero como era su única posibilidad, aceptó. Read the rest of this entry »