Contar con un profesional de la categoría de José Luis Gonzalo Marrodán, que no sólo entiende el sufrimiento infantil que provocan los malos tratos, si no que “acaricia” cada día el trauma y ayuda a repararlo, es un privilegio que no te puedes perder.
Hola José Luis, cuéntanos algo de ti
Soy psicólogo clínico y psicoterapeuta infantil y de adultos. Soy natural de San Sebastián y he vivido siempre en mi ciudad. Trabajo en consulta privada desde el año 1994. Desde 1999, mi campo de interés profesional se ha centrado en el apego, el trauma y la resiliencia, sobre todo desde que tuve la oportunidad de comenzar a tratar a los menores víctimas de malos tratos, abandono y abuso que participan en los programas de acogimiento familiar, residencial y adopción de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
Ellos me han enseñado mucho. Este interés despertó en mi la necesidad de formarme más y mejor. Ello me llevó a descubrir el Postgrado de Traumaterapia Infantil y a dos personas maravillosas que son mis profesores y referentes: Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, psiquiatra y psicoterapeuta de familia y psicóloga y psicoterapeuta infantil, respectivamente. Ellos me han aportado el modelo teórico integral y las herramientas de intervención para poder comprender y ayudar desde la psicoterapia a las víctimas de malos tratos.
Actualmente, tengo el honor de pertenecer a la Red APEGA -profesionales egresados de su programa formativo- y de formar parte del equipo docente de su postgrado y coordinar su edición en el País Vasco, en concreto en San Sebastián-Donostia.
Me encanta mi trabajo y pasear, la gastronomía, la música y el cine. Adoro estar con la gente que quiero: mi familia -padres y hermanos-, mi ahijada y mis amigos.
¿Qué son los buenos tratos para ti?
Podemos pensar que los buenos tratos son todo lo que no sea tratar mal. Sin embargo, tratar de una manera buena conlleva una postura no sólo de evitar lo que implica hacer daño activo a un menor como puede ser pegar, insultar, vejar, humillar, abusar, afirmar que no se le quiere…, sino también algo que la sociedad no tiene tan claro que sea perjudicial. Y lo es, y mucho, y que es todo lo que conlleva el no hacer: abandonar emocionalmente, ser negligente en la satisfacción de las necesidades del menor, no brindarle apoyo, seguridad y confianza, no dedicarle el tiempo suficiente y de calidad, no validar su mundo emocional, no reforzar su autoestima, no ponerle ningún límite… Read the rest of this entry »